En un comunicado hecho llegar a Prensa Latina, la AAC señala que no es una sorpresa para la comunidad internacional, ni para los nicaragüenses revolucionarios y el pueblo cubano lo que está aconteciendo.
‘De sobra sabíamos -puntualiza- que con la nueva administración del imperio, tarde o temprano reaccionaría de esa manera’.
La AAC también denuncia que para el gobierno de Estados Unidos no hay espacio para una nación independiente, libre y fuera del alcance de su cruel poder.
Una Cuba libre y soberana no corresponden nunca a los intereses de Washington, que no son más que el dominio total, violando el derecho a la libre determinación de los pueblos, subraya.
Asimismo recuerda que nunca se terminó el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto desde hace más de medios siglo por la Casa Blanca contra Cuba.
Cuba, expresa, siempre actuó con honestidad y deseos de superar la crisis impuesta, pero con la firmeza en sus principios que caracterizan a la Revolución creada por el comandante Fidel Castro.
‘El presidente burgués Donald Trump dijo: Retamos a Cuba a venir a la mesa con un nuevo acuerdo que esté en el mejor interés tanto de su pueblo como del nuestro. A ese Presidente le decimos, a Cuba no la reta nadie, pues no tiene nada que cambiar ni mejorar’, manifiesta
Por otra parte, la AAC llama todas las personas del mundo solidarias con el pueblo cubano a seguir en pie de lucha.
‘Hay que seguir firmes y no vacilar en ningún momento y denunciar el vil atropello que está sufriendo nuestro hermano pueblo cubano’, apunta.
Igualmente ratifica que Nicaragua siempre estará atenta ante cualquier intento de violación contra la mayor de las Antillas.
En un discurso pronunciado en Miami, Trump propuso medidas para presionar al gobierno de La Habana, mediante la eliminación de los intercambios educacionales ‘pueblo a pueblo’, una mayor fiscalización de los viajeros estadounidenses a Cuba y la prohibición de las transacciones económicas vigente en el bloqueo.
El magnate estadounidense justificó esta política con supuestas preocupaciones sobre la situación de los derechos humanos en la isla y la necesidad de aplicar rigurosamente las leyes del bloqueo, a menos que la nación caribeña realice cambios sustanciales en su orden interno.