Desenvuelta y locuaz Nidia Zaldívar Machado parece alguien acostumbrada a las grabadoras y las cámaras, y es que han sido varias las ocasiones en que le ha tocado el rol de entrevistada.
Su fortaleza física llama la atención, porque con 65 años, goza de una salud excelente y hace cosas que para nada se corresponden con más de seis décadas de vida.
Al escucharla, ese acento peculiar de quienes habitan en la serranía de la suroriental provincia cubana de Granma, nos hace pensar enseguida en una mujer laboriosa y amante de su tierra, porque así son por allá.
Oriunda de Vega Grande, zona montañosa del municipio de Buey Arriba, Nidia es recogedora de café desde los 14 años de edad, y todavía recolecta entre 10 y 12 latas diarias del grano.
“Para mí –asegura- ese es el trabajo más hermoso que hay, lo aprendí de mis padres, y en los cafetales me siento como en mi propia casa, los cafetos son mi familia, logramos una bonita ‘amistad’. Siento orgullo de mi ocupación.
“Me levanto oscuro todos los días, y permanezco en el campo hasta que oscurece, allí hago de todo, chapeo, deshijo, recojo. Mi esposo Belarmino Flores es mi sostén, me ayuda mucho.
“No veo diferencias entre los hombres y las mujeres para hacer cualquier tarea, nosotras somos fuertes, estamos siempre listas y aprendemos con facilidad, además, tenemos la suerte de haber nacido y de vivir en Cuba, donde las del sexo femenino tenemos un lugar en la sociedad.
“Mire usted si es así, que yo, una campesina, apegada a la tierra, sé expresarme, converso de varios temas actuales y di una correcta educación a mis hijas Dorelis, Doraine y Doramis, quienes han seguido mi ejemplo.”
Pero esta mujer agradable y sincera tiene tiempo también para entregar parte de su vida a la Federación de Mujeres Cubanas y a los Comités de Defensa de la Revolución.
“La FMC para mí es muchas cosas, -asevera- integro esa organización desde los 14 años, y así sea una viejita, diré apórtenme lo mío, que yo no puedo dejar de ser federada.
“Me gusta la labor de la Federación, he sido unas veces organizadora y otras secretaria del bloque José Martí, de Vega Grande; soy representante de la organización femenina de la zona, e integro el grupo comunitario. Antes de que concluyera enero ya había recogido las finanzas del año 2016, y fuimos las mejores en esa tarea y en el aporte especial.
“También tengo la responsabilidad de ser organizadora de mi Comité de Defensa de la Revolución, acumulo 101 donaciones de sangre, me gusta estar vinculada, por ello soy también activista y militante del Partido. He subido dos veces el Pico Turquino y fui delegada al Noveno Congreso de la FMC”.
Tanta dedicación, sacrificio y laboriosidad de Nidia ha sido reconocida, por ello ostenta la condición de Vanguardia Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba, la Orden Lázaro Peña de tercer grado, la de Hazaña Laboral, y las medallas Jesús Menéndez, 10 de Octubre, 23 de Agosto, para el futuro inmediato tiene como metas ser acreedora de de la Medalla Ana Betancourt y el título honorífico de Heroína del Trabajo de la República de Cuba.
Sobre sus gustos dice: “Siempre encuentro el tiempo para arreglarme, para estar presentable y bonita, nunca debemos dejar de ser femeninas, las mujeres no podemos dejarnos caer como se dice, lucir bien es una necesidad para mí, igual que recoger café, algo que haré mientras las piernas me lo permitan.
“Amo la vida, con sus lados y buenos y malos, disfruto cada día y sonrío siempre que puedo, esa es mi fórmula para vivir a plenitud”.
Muchas Felicidades para Nidia, ejemplo a seguir, esta compañera la conozco al igual que a su gran familia, hija de una familia humilde, sacrificada, revolucionaria, amante al bien, a dar todo a cambio de nada.