No habrá aquí ni en ningún lugar del mundo un hombre como Fidel (+ video)

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Por Sara Sariol Sosa | 26 noviembre, 2016 |
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Edemis Tamayo, Las Marianas
Foto y fotocopia Rafael Martínez Arias

En las últimas horas, Edemis Tamayo Núñez ha vuelto la mirada, una y otra vez, hacia el cuadro, colgado en la pared de su casa, en la calle Zenea, en Bayamo, capital de la suroriental provincia de Granma, en el que aparece ella junto a Fidel, en los días memorables de lucha en la Sierra Maestra.

Su mirada, expresa el mismo orgullo de siempre, pero ahora entreverado con un sentimiento íntimo de dolor y, también, con un hálito de extraña  esperanza, como si con sus ojos llenos de tristeza, pudiera devolverle vida a aquella figura entrañable, gallarda.

La Gallega, apelativo de siempre, ha rememorado en las últimas horas aquellos momentos de guerrilla, lo ha hecho para sí misma, y para medios de prensa del territorio, que se acercaron a su hogar, conocida la noticia del fallecimiento del Líder de la Revolución cubana.

Edemis Tamayo, foto histórica
Edemis, a la dereche de Fidel

Tenía apenas 15 años cuando decidió integrarse a los rebeldes que combatían en La Sierra Maestra por la independencia definitiva de Cuba. Había nacido en la montañosa localidad de Bartolomé Masó, en El Zarzal, un poblado pequeño en extensión, pero con la conciencia ensanchada de sentir en su propia existencia, tantos desmanes.

“En realidad, era muy jovencita –rememora-, así opinó Fidel cuando me vio por primera vez, en mi misión de mensajera.  Celia Sánchez lo convenció, y él luego me otorgó el mayor voto de confianza que he recibido, cuando al crearse el pelotón femenino Mariana Grajales del Ejército Rebelde, me mandó a buscar, y me dijo que tenía que hacerlo quedar bien, pues era la única integrante  recomendada por él.

“Su temperamento impresionaba, impresionaba siempre, aunque no fuera la primera vez que lo vieras, pero fue una persona con un concepto sobre las cosas de la vida, que asombraba,  y, además, nos trataba con un afecto, con un cariño inmensos, y nosotras lo apreciábamos y respetábamos, porque a la vez nos respetó mucho.

“Fidel fue quien nos enseñó, pues éramos casi analfabetos, y es imposible resumir cuanto hizo por todos los cubanos, todas esas cosas tremendas como la campaña de alfabetización, la construcción de hospitales, de escuelas., solo eso, sin hablar de tantos y tantos programas, no pueden olvidarse.

Testimonio de Edemis Cecila Tamayo Núñez, una integrante del p…Testimonio de Edemis Cecila Tamayo Núñez, una integrante del pelotón femenino Las Marianas del Ejército Rebelde

Publicado por La Demajagua en Sábado, 26 de noviembre de 2016

“Allá en El Zarzal, únicamente contábamos con una escuelita de mala muerte, y para recibir asistencia médica debíamos recorrer no pocos kilómetros, para llegar a un hospital civil en Manzanillo.

“Pero él pensó en todo, y aprendimos a quererlo, primero en la Sierra, y luego por su dedicación sin límites a la construcción de esta obra revolucionaria; aprendimos a quererlo como si fuera un padre, no se puede decir nada más, porque eso fue.

“Cuando supe de su muerte, me dio frío, y lloré mucho; como él no va haber otro, ni aquí ni en ningún lugar del mundo”.

Edemis vuelve su mirada a aquella foto de los días gloriosos de la Sierra, la observa una y otra vez, aunque sabe, que no serán sus ojos quienes le devolverán la vida, sino su corazón agradecido, el agradecido corazón de todos los cubanos, ese regazo de admiración y gratitud donde él vivirá eternamente.

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