Nos une el barrio

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Por Yelandi Milanés Guardia | 28 septiembre, 2017 |
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FOTO/ Rafael Martínez Arias

Rosana Fernández Verdecia tiene una sonrisa encantadora y una pasión por los libros de aventuras, quizás por ello asumió con valentía, desde el pasado año, el cargo de presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) número ocho, de la zona 166, del reparto San Juan, en la capital granmense.

Pero el atrevimiento tuvo buenos resultados, porque hoy es destacada entre los jóvenes dirigentes bayameses, quienes la eligieron como jefa del Destacamento Juvenil Noveno Congreso.

Por tal motivo La Demajagua Digital conversó con esta muchacha, quien tiene muchos deseos de hacer por la mayor organización de masas de Cuba.

“Aunque desde pequeña estuve involucrada en las actividades del CDR infantil, realmente conocí lo que significan los comités cuando ocupé el cargo de presidenta, el cual me planteó un gran reto.

“El principal desafío es convocar a las actividades, sobre todo a las de vigilancia. Los cederistas deben sentir que no solo cotizan, sino que también son protagonistas.

“Dirigir me permite y obliga a conocer más del barrio y me alegra ver cómo, a pesar de mi juventud, me siguen”.

Entre sus mayores alegrías está el respaldo de los vecinos, y la confianza y el respeto recibidos de ellos. Uno de los grandes apoyos fue cuando celebró la asamblea Noveno Congreso, en la cual la gente se preocupó y ocupó mucho.

No obstante, encabezar un colectivo también tiene sus dolores de cabeza, y a veces la entristece no poder vincular a todos los de la comunidad, porque hay quienes se resisten ante  las tareas  y a asistir a una reunión.

“Los CDR necesitan de más participación y promoción para que los jóvenes los vean lo importante que son. Por ello vivo pensando en sumar a los más lozanos y en realizar acciones en función de los intereses del barrio.

“Las nuevas generaciones tenemos el compromiso, aunque no vimos la fundación de los comités, de hacer cumplir todo lo inherente a la organización.

Nos toca pensar, crear y diseñar actividades en las que los cederistas se involucren y promover la participación con el ejemplo personal,  esa es la palabra de orden.

“El mayor obstáculo para lograr lo anteriormente dicho es la apatía de algunos para salir de sus casas a una reunión o a un trabajo voluntario, fundamentalmente,  porque piensan que su pedacito es  de su casa para adentro, y no ven la comunidad como ese espacio que todos habitamos.

“Sin embargo, el gran acierto de los CDR es reunir vecinos desde los 14 años hasta una edad avanzada,  y esa mezcla de generaciones es la mayor ventaja y le da la posibilidad de unir a jóvenes, adultos, adolescentes y a organizarse para trabajar por el bienestar común”.

Sobre el destacamento juvenil expresó que la sorprendió la elección como jefa, pero se alegró porque le permite intercambiar con sus integrantes y participar en las actividades organizadas para  el año, lo cual cambia su rutina diaria y la hace sentir parte de una historia.

Con respecto al futuro refirió: “Si a otros jóvenes les correspondió empuñar las armas para defender a Cuba, a nosotros nos toca defenderla de otra manera, no solo en los comités, sino en  las demás organizaciones juveniles”.

Esta auténtica bayamesa confiesa que para tener resultados y sobrellevar los cargos con el trabajo, es necesario organizarse bien y repartir las responsabilidades para que todo no recaiga sobre los hombros del presidente.

Pero para ella lo más importante es que los cederistas vean los problemas como un asunto colectivo, y trabajen en función de la cuadra, bajo el principio de que el barrio nos une.

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