Noveles artistas reverencian en Cuba legado de Ernesto Lecuona

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Por Prensa Latina (PL) | 2 agosto, 2016 |
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ernesto-lecuonaLa Habana- El pianista Yanner Rascón y la vocalista Hakeli Nakao reverenciarán el legado artístico de Ernesto Lecuona (1895-1962), considerado el más universal de los músicos cubanos, comunicaron hoy aquí organizadores del recital.
Bajo el nombre “Y todavía Lecuona…”, el concierto previsto para el próximo viernes en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso incluye un atractivo programa con obras de Lecuona.

Para la ocasión, Nakao -quien integra el Coro de Cámara CorISTanbul radicado en la ciudad turca de Estambul- unirá su talento a Rascón para recordar el nacimiento de este genio de la música cubana, acontecido el 6 de agosto de 1895 en el municipio habanero de Guanabacoa.

Considerado como uno de los músicos cubanos más destacados de todos los tiempos, Lecuona junto a Gonzalo Roig y Rodrigo Prats formó la trilogía más importante de compositores del teatro lírico nacional y en especial de la zarzuela.

Según algunos apuntes históricos, su aporte más notable al género teatral es la fórmula definitiva de la romanza cubana, sin embargo, su obra completa testimonia sus indiscutibles dotes de pianista y compositor.

Entre sus más célebres piezas destacan las zarzuelas Canto Siboney, Damisela Encantadora, Diablos y Fantasías, El Amor del Guarachero, El Batey María la O y Rosa la China.

Mientras, canciones como Canto Carabalí, La Comparsa y Malagueña, las obras Danza de los Ñáñigos y Danza Lucumí, la ópera El Sombrero de Yarey y la Rapsodia Negra para piano y orquesta, completan su amplia creación artística.

En 1942 su composición Siempre en mí corazón fue nominada a los Premios Oscar que desde 1929 confiere la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.

Siempre que se habla de Lecuona, es imposible dejar de nombrarlo como el más universal de los músicos cubanos por la trascendencia de su obra no solo aquí, sino en el mundo.

Sus melodías pueden escucharse en los mejores escenarios del orbe, así como en los más recónditos lugares del planeta, o mediante la melodía de un joven que silba mientras realiza sus labores cotidianas.

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