Cuando recibí en mis manos la convocatoria del primer Concurso de creación coreográfica Escena Abierta dudé un poco de su éxito, estuve escéptica porque no existe en Granma un fuerte arraigo de la manifestación.
Sin embargo, su gestor, Yordanis Batista Brea, director de la Compañía Bienandanza, mantuvo la voluntad de echar a andar esta iniciativa como parte de una jornada por el Día internacional de la danza en Granma, dedicada al relevante coreógrafo cubano Fernando Alonso, creador junto a Alicia Alonso de la Escuela Cubana de Ballet y fundador del Ballet de Camagüey.
Desde el comienzo, Yordanis sabía que no sería sencillo romper la inercia en la creación de los coreógrafos, y estimularlos a sembrar las primeras semillas de lo que pudiera ser en el futuro un importante encuentro danzario.
El proyecto, apoyado por el Consejo provincial de artes escénicas, es ambicioso. Escena Abierta, que sesionó la semana anterior en el Teatro Bayamo, incluyó varias categorías: danza contemporánea, folclórica y espectáculos musicales, algo poco usual en este tipo de certámenes.
A la cita se presentaron 11 coreografías, de los granmenses Yusleidys Rosales Álvarez, Wilberto Guerra Gómez, Yoel Dubois Puentes, Loandis Arturo Vázquez, Marta González Paneque; y del guantanamero Yoel González, joven artista que sobresale en la escena cubana actual.
Las piezas, interpretadas en su mayoría por bailarines del territorio y estudiantes de la Escuela profesional de arte Manuel Muñoz Cedeño, fueron evaluadas por un jurado, presidido por José Antonio Chávez, coreógrafo del Ballet de Camagüey, bailarines de esa agrupación y especialistas de danza de Granma y de Santiago de Cuba.
Algunas obras no mostraron una alta elaboración, coincido con el criterio del maestro José Antonio Chávez, coreógrafo del Ballet de Camagüey, al destacar que, aunque de la crisis danzaria que existe en el país, relacionada con la poca permanencia de los bailarines en las instituciones y grupos, es esperanzador constatar que hay un movimiento de jóvenes que participan en el hecho danzario.
En esta primera edición, la coreografía Metástasis de Martha González Paneque, ganó una mención especial e Infortunio, de Yusleidys Rosales Álvarez, obtuvo el premio en danza contemporánea, por la muestra de madurez, el claro discurso, sobriedad y mesura con que abordó el tema.
Sobre los bailes folclóricos el jurado determinó dejar desierta esa categoría, al considerar que las obras no poseían la calidad y el nivel adecuados. No obstante, reconoció el excelente acompañamiento musical de los grupos y exhortó a continuar trabajando para las futuras ediciones.
En el acápite de espectáculos musicales el lauro fue para River dance, de Loandis Arturo Vázquez, por conseguir una propuesta singular a pesar de tratarse de una versión a una obra ya concebida, sin embargo él logró que fuera sobria y elegante.
Ante estos resultados el comité organizador debe ser más rigurosos en la selección de las obras finalistas, de este modo cada jornada de concurso (que en este caso fueron tres), se convertiría en un espectáculo en sí.
Otro detalle puntual es elaborar alguna estrategia que permita atraer más público, si no las funciones quedarían solo para el gremio.
A pesar de estos detalles, quedó abierta la convocatoria del concurso para la segunda edición que aspira a extenderse por todo el país, y a que el próximo evento goce, de prestigiosos invitados, y de un mayor alcance y calidad.