La provincia de Granma ha sido señalada en el país, por la baja participación de los trabajadores por cuenta propia, a las acciones de capacitación diseñadas como proceso previo a la entrada en vigor, el venidero 7 de diciembre, de nuevas disposiciones jurídicas que implementan la política para el perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia.
Lo más lamentable del hecho es que, esto sucede a pesar de que el territorio a dispuesto por municipios, para tal preparación, grupos multidisciplinarios con representantes de los principales organismos encargados de la aplicación de las normas, decretos y resoluciones complementarias que implican dichas modificaciones.
Pasa que no pocos cuentapropistas desestiman tal preparación, aludiendo que no la necesitan, pues poseen ya la gaceta con toda la información, de acuerdo con una indagación realizada por la Dirección provincial de Trabajo.
Tal actitud motiva gran preocupación, si los mismos especialistas de este último organismo mencionado, reconocen que el documento contiene normas complejas que con solo leerlas no llevan a una fácil interpretación.
Los municipios más implicados en la no participación en la capacitación son Bayamo y Manzanillo, donde se agrupan las mayores cantidades de trabajadores granmenses por cuenta propia, y de los cuales, al menos hasta mediados de la pasada semana, solo el 49 y 40 por cientos, respectivamente, habían acudido a servirse de la preparación.
La Dirección provincial de Trabajo, que por transformar este hecho ha desarrollado tres ciclos de capacitación, convoca nuevamente a reflexionar sobre la pertinencia de acceder a estos, más porque cuando las modificaciones entren en vigor, entonces nadie podrá desentenderse argumentando desconocimientos y dudas.
Aún hay tiempo para meditar en la realidad de que el conocimiento nunca sobra, y más, que como bien nos ha enseñado la vida, nunca llegamos a sabérnoslo todo.
Nada cuesta contribuir a que este proceso de modificaciones transcurra de la mejor manera, proceso que como bien se ha explicado no implica eliminaciones sino ajustes de las actividades existentes, varias de las cuales se reagrupan, se reducen trámites administrativos y se amplían los servicios con la misma carga tributaria.
Hay cambios en requisitos y obligaciones, reglas jurídicas y prácticas tributarias que es necesario conocer al detalle, para que luego puedan ser cumplidas a cabalidad, y así aportar a que el trabajo por cuenta propia continúe trascendiendo como ese sector de gran valía, generador de empleos y servicios necesarios, y que libera al Estado de actividades no fundamentales para concentrarse en aquellas estratégicas o trascendentes para la nación.