Este martes, el mandatario norteamericano volvió a las canchas para cumplir la liturgia que solo se saltó una vez y le costó la derrota en las primarias de New Hampshire en 2008, precisamente ante Clinton, que entonces le disputaba la candidatura demócrata.
Hace cuatro años amaneció el día de las elecciones jugando baloncesto con el exinternacional Scottie Pippen, miembro del Salón de la Fama de la NBA, y este martes jugó al duro en la cancha de Ft. McNair con amigos y colaboradores.
Según sus allegados, el resultado del partido no importa, simplemente con llegar a la cancha y lanzar sus balones, el ritual se da por cumplido, y hoy es bienvenida toda la ayuda que Obama pueda darle a la exsecretaria de Estado Clinton.
Además, Obama ejerció su derecho al voto adelantado hace varias semanas en Chicago, y desde entonces se consagró a apoyar la campaña de Clinton contra el republicano Donald Trump, que aún podría revertir los pronósticos.