La Habana, – Octubre es el mes más peligroso de la temporada ciclónica, principalmente en su segunda decena, informó la Doctora en Ciencias Meteorológicas Miriam Teresita Llanes, jefa del Centro de Pronósticos, del Instituto de Meteorología.
En ese período, la frecuencia de huracanes que pueden impactar Cuba es la mayor de toda la temporada ciclónica, que se extiende desde el primero de junio hasta el 30 de noviembre, comentó la especialista en declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias.
Aclaró que asociados a la influencia directa o indirecta de los ciclones tropicales, suelen ocurrir eventos de grandes precipitaciones y de forma habitual, en octubre la temperatura desciende con respecto a septiembre, y se caracteriza por ser un mes relativamente fresco.
Pero también es el segundo mes de mayores precipitaciones del año en Cuba y con él finaliza como promedio el período lluvioso en el país, especificó.
Explicó que el incremento de las lluvias lo propicia la influencia del anticiclón del Atlántico, que disminuye considerablemente en relación con julio y agosto, unido al paso frecuente de las ondas y las bajas tropicales, así como de los primeros sistemas frontales.
La temporada ciclónica en la cuenca del océano Atlántico Norte, el mar Caribe y el golfo de México concluyó en 2017 con registros considerables en la formación de huracanes, de acuerdo con la misma fuente.
Constituyó la quinta más activa después de 1893, 1926, 1933 y 2005 en términos de energía ciclónica acumulada y ejemplificó su aseveración con el hecho de que en 2017 se formaron en la citada área seis huracanes intensos: Lee, Ophelia, Harvey, José, Irma y María.
Incluso, constituyó la segunda ocasión donde dos de ellos tocaron tierra con categoría máxima de cinco, medidos por la escala Saffir-Simpson.
Esta última surgió en 1969 para definir y clasificar del uno al cinco las tormentas, según la velocidad de sus vientos y a fin de ofrecer una idea de la magnitud de las pérdidas desde mínimas hasta catastróficas.
Teresita Llanes consideró que María se convirtió en el más fuerte de la temporada en términos de presión barométrica, impactó tierra, arrasó con la pequeña isla caribeña de Dominica, y asoló también a Puerto Rico e Islas Vírgenes estadounidenses, entre otras afectaciones.
Irma pasó a ser el más fuerte jamás registrado en el océano Atlántico, fuera del golfo de México y el mar Caribe; y Ophelia, el ciclón del océano Atlántico que más se ha acercó a Europa como huracán intenso.
En total se formaron 18 ciclones tropicales, una tormenta subtropical extemporánea en abril (Arlene), una depresión tropical y 16 organismos con nombres en la temporada.