El interés por el oficio arrieril en Yoel González Pinder surgió de ver pasar a los arrieros por su casa con las arrias de mulo, sus jáquimas vistosas y elegantes, como coronas y collares de reyes, y el cencerro a todo sonar tras el vaivén de sus pasos.
“Esto nace con la crianza. Es un oficio complicado que da mucho que hacer en la montaña. Para dedicarme a él mis padres me exigieron terminar los estudios. Después de concluir mi técnico medio en agronomía de montaña y luego del fallecimiento de mis estos quedé al frente de la cuadrilla y al cuidado de mi hermana.
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“Como yo, muchos niños y jóvenes del barrio se interesan por este oficio, pero yo también les exijo como lo hicieron conmigo. Es algo que nace con uno. En mi comunidad estoy practicando a cuatro jóvenes de la cabecera de Buey Arriba y la comunidad de San Miguel, cuyas edades oscilan entre 12 a 13 años en este oficio.
“Por primera vez participarán en el evento de arrieros y fabulaciones serranas que sesionará desde este 21 y hasta el 24 de junio en las serranías de Buey Arriba. Allí harán demostraciones de lo aprendido: poner la carga, el aparejo, arriarlos…”
Yoel no es uno de esos arrieros que peine canas pero le delata el oficio su sombrero vaquero en tono gris, su pantalón y camisa a cuadros, que le imprimen una elegancia y distinción que muchos con el paso de los años descuidan. Sin embargo, a su corta experiencia ha aprendido que la primera cualidad de un buen arriero debe ser la responsabilidad.
“Aparte de la responsabilidad, el arriero debe ser preocupado con el trabajo. Es un oficio que requiere de mucho esfuerzo. Cuando uno tiene que llevar mercancías a la bodega con el río hondo es trabajoso y si no eres responsable matas a todos los mulos. Es muy complicado.
“Las aguas, los derrumbes…atentan contra las mercancías. Si no la tienes bien resguardada mercancía corres el riesgo de perderla y deteriorarla.
“No tenemos horario de levantarnos. Lo mismo a las dos que a las tres de la mañana, depende de la situación y la tarea que se deba asumir. Sabes cuando sales, pero no cuándo regresas.”