No fue exactamente la locución quien la condujo al medio radial, sino una inesperada oferta laboral despertó el torbellino interior que la convirtió en la voz femenina más codiciada de la Radio en Granma.
Les presento a Olguita Sanz.
“Al terminar el preuniversitario quería estudiar Filología, y no me llegó la carrera, mi tía María Rosabal Reyes, que trabajaba en el departamento de Contabilidad, de Radio Bayamo, me dijo que había una plaza disponible en la fonoteca y me presenté sin compromiso laboral alguno.
“Aquella tarea me gustó tanto que, en 1980, me contrataron como fonotecaria, por Teresa Medina del Castillo, quien se encontraba de licencia de maternidad, cumplido ese tiempo, ella se reincorporó a su labor y yo recesé mis funciones.
“El entonces director del medio Alberto Chang Véliz me propuso una plaza como redactora de notas y acepté.
“Recuerdo que una tarde el comentarista deportivo Rafael Lapinell Rivero me pidió que le pusiera voz a la presentación del programa Granma, ustedes y nosotros, que él escribía, no obstante mi temor inicial, le complací y lo agradeció con elogios.
“A partir de ahí cada vez que necesitaba una colaboración me buscaba, también formaba parte del grupo dramático de la emisora dirigido por Manolo Ros Suárez, empeñado siempre en encontrar y educar mi voz, de manera que simultáneamente aprendía algunas técnicas.
“Un día Arsenio Fuentes, jefe de transmisión me dijo:
-Chica, necesitamos locutores, ¡embúllate!
-Es que le tengo miedo al micrófono.
-Pues para que pierdas ese temor, a partir de ahora, darás a conocer el servicio social de los doce meridianos.- Y así lo hice.
“Luego ayudé a José Rodríguez y a Luis Alarcón Santana en el guion del programa Quinta dimensión, a esta última figura de la locución en Cuba, le debo las primeras clases y consejos”.
CUENTA LINDA
– Este personaje infantil lo interpretaba la primera actriz Rayda Alfonso, cuando me llamó Magdalena Casate para ponerle voces a los diferentes personajes de cada cuento, llegó el momento en que Rayda se fue de la emisora y como dominaba las interioridades de ese espacio infantil, lo interpreté hasta que me jubilé hace cinco años”.
LA RADIO
– Aunque la descubrí por accidente, la radio fue la escuela que me ayudó a formarme como persona y en lo profesional, con ella aprendí a vivir, a reír, a comportarme, a conversar y hasta a caminar, es la enciclopedia educativa para cualquiera.
“Te posibilita conversar con mucha gente, que aunque a veces no conoces puedes ofrecerles oportunos consejos y hasta transformarles sus hábitos de vida”.
LOS PREMIOS
– Fueron tantos que temo olvidar algunos: multipremiada en diferentes festivales del medio, Personalidad de la cultura, formé parte de la Comisión nacional de evaluación de locutores de las provincias orientales, desde Camagüey hasta Guantánamo, durante más de 25 años,
Artista de Mérito de la Radio cubana, integrante de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Maestra radialista…
EL MENSAJE
– Lo más importante es la pasión que le imprimas a lo que haces, interiorizar la seriedad que representa ser locutor y la necesidad de prepararse para asumir ese reto.
Y aunque la jubilación también le llegó de forma inesperada, a veces le escucho decir, en el estelar Serpentina, del carnaval bayamés:
¡Tópalo, Pepe!, ¡tópalo!, ¡tópalo!…, manera peculiar de transmitir alegría a un pueblo preparado siempre para coquetearle cuando la ven pasar.