La catástrofe es enorme, y la sensación de pérdida e incluso de incredulidad es profunda, pero El Líbano es resistente y no está solo, dijo y reiteró el apoyo de Naciones Unidas.
Guterres expresó su total solidaridad con el pueblo de El Líbano tras la horrible explosión que destruyó el puerto de Beirut y parte de la ciudad, el martes pasado.
Incluso ahora, observó, casi una semana después, muchas personas siguen desaparecidas, los barrios circundantes fueron arrasados, la explosión fue realmente alarmante y aplastó infraestructuras vitales.
Muchos miles de personas están sin hogar, tres hospitales quedaron inoperantes y otros dos sufrieron daños importantes, docenas de otros centros de salud fueron dañados y los que quedan están abrumados por las bajas, detalló.
La explosión produjo una nube tóxica colosal que fue visible a kilómetros de distancia, y las ondas de choque se sintieron en toda la ciudad y, de hecho, en todo el Mediterráneo, subrayó el diplomático.
Durante mucho tiempo se sentirán las reverberaciones económicas, sociales y de otro tipo producidas por esta tragedia, lamentó.
El titular de Naciones Unidas ofreció detalles de cómo las agencias y programas del organismo multilateral contribuyen con la evaluación y respuesta ante los daños.
La ONU también presta apoyo a la Cruz Roja de El Líbano y otros asociados para proporcionar refugio temporal a las familias desplazadas, indicó.
Hemos visto cómo dentro de El Líbano crece el espíritu de solidaridad, pero urge un firme apoyo internacional a todas las personas necesitadas, especialmente mujeres y niñas, que son las más vulnerables en tiempos de crisis, convocó Guterres.
Asimismo, el secretario general agradeció a los países que ya están prestando asistencia financiera, material y especializada tangible.
Las explosiones se produjeron en un momento ya difícil para El Líbano, recalcó, ya que el país se enfrenta a dificultades económicas y a los efectos del nuevo coronavirus.
Frente a los múltiples desafíos, el pueblo libanés continúa siendo generoso anfitrión de grandes comunidades de refugiados palestinos y sirios, resaltó.
Además, señaló que en estos momentos de dolor y frustración prolongada, la ira del pueblo libanés es palpable, y sus voces deben ser escuchadas.
En ese sentido, abogó por una investigación creíble y transparente que determine la causa de la reciente explosión en esa capital y que se lleve a cabo la rendición de cuentas que exige el pueblo libanés.