Que la crisis no nos separe

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Por Yoenis Pompa Silva | 29 enero, 2023 |
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¿Entonces, si nos casamos me prometes estar en las buenas y en las malas, a pesar de la crisis de los alimentos y el precio de los productos?, me comentó un amigo que este fue uno de los puntos de análisis de mayor discusión con su pareja, cuando ambos decidieron formalizar la relación.

Tiempo después, le pregunté sobre su matrimonio -¡se fue a pique!- exclamó con gotas de rocío en sus ojos por la ruptura con su media naranja,  a lo que añadió el refrán: Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana.

Y aunque las personas construimos criterios diferentes, al respecto, lo cierto es que la falta de ingresos en la actual coyuntura económica, es una preocupante de las parejas de hoy, pues de modo general, las carencias ejercen un impacto negativo en los individuos y en los fenómenos sociales.

De acuerdo con las valoraciones de sujetos que han  sido víctimas de discordia  con su pareja por esta causa,  el dinero no define sentimientos, pero tiene que haber equidad entre la satisfacción de las necesidades y el amor.

Al decir de la licenciada en Sociología, Mirelle Santoya Rosado, la economía no sustituye una unión afectiva, pero es esencial para el desarrollo de una relación sana, y por otro lado -señala- coexisten  en nuestra sociedad parejas que deciden mantener un vínculo por su estatus económico y no por amor.

Del mismo modo, un joven de 34 años, me comentó que algunas mujeres valoran en primer plano la seguridad económica y después el amor y la sexualidad, contrario a la quinceañera María José Rodríguez Díaz, estudiante del pre universitario Francisco Vicente Aguilera, quien afirmó que a esa edad se vivencia una etapa romántica en la relación, por lo que no se piensa si el chico viste con  la mejor marca o posee dinero u otras prebendas materiales.

En torno al tema que nos ocupa, cabe aclarar, que cuando en la pareja se remplazan los afectos por cuentas financieras, surge una relación de poder, lo que pone en zona de riesgo la estabilidad del matrimonio.

Al respecto la psicóloga, Aldamelis García Noroña explica  que la desigualdad económica entre los miembros de una relación puede desencadenar conflictos amorosos, incluso otros que se viene arrastrando.

“Si las demandas o expectativas no son satisfechas por la conducta del otro, los cónyuges terminan en discusiones e incomprensiones que conllevan a la ruptura, incluso a la soledad”, asegura.

Para que funcione la relación resulta necesario entender que junto a los pilares que sustentan la base del amor (confianza, respeto, comunicación, tolerancia, lealtad y comprensión), también existen razones económicas que promueven el bienestar y la armonía en la pareja.

Pero, a pesar de los inconvenientes que trae aparejado la falta de dinero, los miembros pueden mantenerse unidos y evitar que se destruya, si discuten y administran las finanzas abiertamente y se ocupan más y preocupan menos por ello.

Trabajar unidos, tener un plan para enfrentar juntos la crisis y no dejar que la crisis nos separe son alternativas para buscar un equilibrio económico, aunque si hay amor verdadero, la relación puede funcionar perfectamente.