La Federación de Mujeres Cubanas en Granma rendirá homenaje a las madres de esta suroriental provincia, a propósito de su día, con sencillas pero emotivas actividades en todos los municipios.

El programa  inició, el pasado día 9, con la conmemoración del aniversario 97 del natalicio de Celia Sánchez Manduley, Heroína de la Sierra y el Llano, y reconocida también como la Flor más  autóctona  de la Revolución cubana.

Se incluyen este fin de semana visitas y agasajos a madres de mártires y   combatientes, e intercambios en los barrios sobre maternidad y paternidad responsables.

Particular reconocimiento  harán a enfermeras y brigadistas sanitarias, por su labor en las comunidades a favor de nuestros hijos, especialmente los más pequeños.

El origen de esta celebración mundial, fijada el segundo domingo de mayo, se remonta a 1905, cuando la maestra de Filadelfia, Anna Jarvis, a raíz de la pérdida de su propia progenitora, comprendió cuán importante es demostrar el afecto a las madres mientras la tenemos.

Anna Jarvis, junto a un grupo de amigos, comenzó una campaña por correo para tener el apoyo de ministros influyentes, hombres de negocios y congresistas y poder declarar oficialmente una fecha festiva para las mamás.

Dado sus esfuerzos, el primer Día de las madres fue reconocido en una ceremonia religiosa el 10 de mayo de 1908.

En Cuba se ha considerado a Santiago de las Vegas el lugar donde de manera masiva iniciaron los festejos; sin embargo, recientes revelaciones otorgan la primicia a la localidad tunera de Puerto Padre, promovida por el doctor Eduardo Queral Mayo.

Sucedió el 6 de abril de 1920, un mes antes de que Francisco Montoto las homenajeara en el Centro de Instrucción y Recreo de la localidad habanera. Un año después se celebró en La Habana.

El 10 de mayo de 1919, Queral se inició en la logia Los Perseverantes, de Puerto Padre, donde a principios de 1920 presentó una moción para declarar el segundo domingo de mayo como el Día de las Madres.

Según reporta la prensa de la época, el 22 de abril de 1921, a propuesta del periodista Víctor Muñoz se le dio carácter oficial, al ser aprobada por el Ayuntamiento de La Habana, la celebración de esta fecha y en 1928 se extendió a todo el país.