Manzanillo.- Llegaron con esa carga de desenfado, histrionismo, cariño y amor que demuestran en cualquier escenario para seducir al público cubano o extranjero y así mismo sedujeron a los presentes en el Centro Recreativo Cultural La Concha, de esta costera localidad de la oriental provincia cubana de Granma. Ni la extendida y pertinaz lluvia nocturna impidió el jolgorio de los niños y niñas manzanilleros y sus padres esperaran el encendido de las luces del escenario y comenzaran a volar los sueños, la fantasía, los colores.

“Ricitos de oro” fue la elección con la cual la emblemática institución artística infantil La Colmenita, sedujo a los infantes y ellos agradecieron como mejor se sabe hacer a esa edad: los aplausos y las extensas sonrisas de aprobación.

Carlos Alberto “Tín” Cremata Marberti, director general de La Colmenita aseveró en declaraciones a la prensa que para ellos es, ante todo, uno de los honores más grandes que hayan recibido en los últimos años.

“A unas horas apenas de que todos los cubanos celebremos el aniversario 150 del lugar mágico donde se inició todo, absolutamente todo, que podamos tributárselo a  Céspedes, a Bartolomé, a Perucho, Francisco Vicente, en esta tierra tremenda, dentro de esa vocación nuestra, el mejor regalo para nuestros niños es estar aquí, para su educación; no lo olvidará, nunca.

“Vinimos a Manzanillo y Bayamo y, después de un intenso período en la Colmena TV, haremos lo de siempre: los espectáculos en vivo; en esta ocasión en dos sitios demasiado importantes para todos los cubanos, pero igual hacemos visitas a lugares intrincados donde a veces no llegan muchas unidades artísticas, que es lo que más nos place a nosotros.

“Lo que aparece en el documental de Cortázar, esos ojitos que descubren por primera vez, se puede palpar ahora mismo aquí, niños prácticamente de meses se han mantenido con sus padres aquí apesar de la lluvia, y eso gratifica muchísimo, nos compromete. Ante esa respuesta de pueblo tenemos que darlo todo”.

Y el aplauso fue grandioso, todos sonrieron de satisfacción, en pie quedó el compromiso de retornar.