“Estamos en condiciones de seguir avanzando y convertirla en una obra de excelencia”, así refiere el Séptimo Dan Dalberto Muñoz Ramos sobre el recién estrenado Palacio de las artes marciales, en Bayamo.
Y no es para menos tener tantas expectativas, porque “se practicaban de manera irregular y este Palacio ha llegado para estructurar su funcionamiento, además del sueño cumplido de contar con una sede”, agrega.
De todas maneras las áreas restantes siguen funcionando, “pero desde aquí se controlan esas actividades”.
MANOS A LA OBRA
Imponente y espaciosa -en calle Línea, entre Mártires y 10- se erige la instalación, después de que varios trabajadores del Sectorial de Deportes asumieran las labores constructivas que, entre otras, incluyó el remozamiento de las paredes, pintura, cambio de persianas y de la estructura de la fachada.
Apenas 22 días bastaron para comenzar a darle valor de uso en algo útil y placentero. Por supuesto, siempre con el apoyo de la Dirección municipal, que desde noviembre pasado había mostrado interés por hacerse de ese lugar abandonado, convertido en vertedero.
“Aquí laboran cuatro profesores de la Dirección municipal de Deportes, junto a otros 46 activistas, y se practican 18 artes marciales”, expone Muñoz Ramos, uno de los promotores de la idea.
“Además se ejercitan los cuatro estilos del Kárate-Do, y todos los del Gou-Chu; también el Sai Do, Puño continuo y el sistema Mixto cubano, y otras modalidades de origen japonés”, explica.
El recinto brinda servicios todos los días, desde las 5:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche, con un programa que prevé actividad física, en todas sus variantes, principalmente en horario matutino, con ejercicios de Tai Chi para personas adultas; y en horas de la tarde se extiende a toda la población, que puede asistir sin ningún requerimiento.
NUEVOS HORIZONTES
Afirma René Reina Corrales, director de Deportes en la capital granmense, que otra ventaja que trajo la apertura del local fue la generación de seis nuevos puestos de trabajo, entre auxiliares de limpieza y cuerpo de seguridad, para habitantes de la zona que estaban desempleados.
Al centro asiste la población sistemáticamente, pero quienes laboran allí conservan esperanzas de que el número de practicantes aumente. “De todas maneras, estamos abiertos a cualquier sugerencia para seguir mejorando”, acota.
También llegaron iniciativas, como un curso para adiestrar a profesores en la enseñanza del Tai Chi, al frente del cual permanecía Edilberto José Peña Arjona, licenciado en Cultura Física: “Todo el que quiera venir, que venga”.
“Esta idea de reagrupar las artes marciales es maravillosa, funciona como área terapéutica y es un espacio para defender la Revolución”, argumenta Yusdaniel Peña Cabrera, metodólogo de Bayamo.
“Al inicio nos propusieron hacer pesquisa por la comunidad para sumar a nuevos practicantes, desde niños de 7 años”, explica Jainier Hidalgo Rodríguez, especialista en Puño continuo, uno de los profesores adiestrados.
En muy poco tiempo ese sitio se ha convertido en obligada referencia para las artes marciales, gracias a la voluntad de las autoridades del Deporte. Ojalá sigan llegando nuevos practicantes, por lo que representa en sus aspiraciones de tener una vida más saludable.