Durante una visita oficial al presidente italiano, Sergio Mattarella, en el Palacio Quirinal, el Sumo Pontífice dijo que el terrorismo ‘encuentra alimento en el fundamentalismo’, en tanto la migración se acentúa por ‘las guerras y las graves y persistentes desigualdades económicas y sociales en muchas áreas del mundo’.

En cuanto a la desocupación, llamó la atención sobre ‘las dificultades de las jóvenes generaciones de acceder a un trabajo estable y digno, lo cual contribuye a aumentar la desconfianza en el futuro y no favorece el nacimiento de nuevas familias e hijos’.

Elogió la manera en que este país está enfrentando la gestión de los flujos migratorios y advirtió que resulta evidente la imposibilidad de que unas pocas naciones se encarguen enteramente del problema, por lo que consideró ‘indispensable y urgente el desarrollo de una cooperación internacional amplia y profunda’.

Durante su intervención, Francisco prestó atención especial al tema del desempleo y el trabajo de mala calidad, causantes de las dificultades enfrentadas por los jóvenes para formar una familia y traer hijos mundo.

Se necesita -dijo- una alianza de sinergias e iniciativas para que los recursos financieros sean puestos al servicio de este objetivo de gran aliento y valor social y no sean por el contrario desviados y dispersos en inversiones predominantemente especulativas que denotan la falta de un diseño a largo plazo.

El Papa subrayó que el trabajo estable, junto con una política realmente comprometida a favor de la familia como espacio principal en el cual se forma la persona como ser social, ‘son las condiciones del auténtico desarrollo sostenible y de un crecimiento armónico de la sociedad’.