Washington-. El papa Francisco ofició hoy una misa para 20 mil personas en el neoyorquino Madison Square Garden, en la cual abogó por la inclusión de aquellos que en las grandes urbes parecen ser “ciudadanos de segunda categoría”.
En su homilía Francisco centró una vez más su atención en “los extranjeros, los hijos de estos, y no solo, que no logran la escolarización, los privados de seguro médico, los sintecho, los ancianos solos”; esos que quedan “al borde de nuestras calles, en nuestras veredas, en un anonimato ensordecedor”.
En medio del esplendor de Nueva York, el Papa recordó que “las grandes ciudades esconden el rostro de tantos que parecen no tener ciudadanía o ser ciudadanos de segunda categoría”.
Advirtió el Obispo de Roma -quien más temprano se reunió con niños y familias inmigrantes en el barrio de Harlem- lamentó que esas personas “se convierten en parte de un paisaje urbano que lentamente se va naturalizando ante nuestros ojos y especialmente en nuestro corazón”.
El Sumo Pontífice pidió, en cambio, “aquella paz que nace del reconocimiento del otro, aquella paz que emerge en el corazón observando especialmente al más necesitado como a un hermano”.
“Dios vive en nuestras ciudades, la Iglesia vive en nuestras ciudades y quiere ser el fermento de la masa, quiere mezclarse con todos, acompañando a todos”, aseguró en un mensaje mediante el cual privilegió la conciliación y la inclusión antes que la competencia y la autorreferencialidad.
Esta tarde, el Papa también fue aclamado por más de 80 mil neoyorquinos y peregrinos en el Central Park antes de llegar al Madison Square Garden, escenario de muchas veladas deportivas y artísticas.
La misa es el último acto público del Papa en Nueva York pues mañana se trasladará a Filadelfia, donde tiene previsto celebrar una misa en la Catedral de San Pedro y San Pablo, un encuentro para la libertad religiosa y una vigilia de oración por las familias.
En la mañana de este viernes Su Santidad pronunció un discurso en la sede de Naciones Unidas, y después protagonizó oración interreligiosa en la Zona Cero en honor a las víctimas de un ataque terrorista el 11 de septiembre de 2001.