Un patio compuesto por frutales, hortalizas, viandas y otras plantas ornamentales crece en el fondo de la casa de Juana González Castillo, una campesina granmense del municipio de Cauto Cristo, que supera los 70 años de edad, con una entrega extraordinaria al trabajo en el campo.
Se trata de poco más de una hectárea de tierra, dedicada a los cultivos, para beneplácito de la familia y los vecinos de Babiney, donde la guajira, demuestra cada día con sus manos, su agradecimiento por la firma de la Primera Ley de Reforma Agraria, con la cual el Comandante en Jefe, hace 60 años, abrió las puertas a los pobres, para gestionar también el sustento de sus hogares.
Liudmila Sánchez Morales, con sus 33 aniversarios, es asociada a la Cooperativa Rubén Noguera, en la localidad de La Seis. Igualmente,está en la avanzada de esas mujeres esforzadas del municipio en la producción de alimentos. Aunque atiende a su esposo y a sus hijos, no deja de aportar al desarrollo del país, desde la agricultura.
Los ejemplos de las féminas en labores campestres son múltiples, luego de la instauración en 1959, de un nuevo mecanismo productivo, donde las parcelas disponibles para la siembra, no estuviesen en manos de ricos terratenientes.
Era justo y provechoso que fuesen los trabajadores, quienes contaran con el derecho al deleite del fruto de su sudor.
La buena nueva de entonces, era respuesta a la necesidad del reparto de tierra a la clase desfavorecida, uno de los problemas denunciados por Fidel Castro en el alegato de autodefensa La historia me absolverá, al ser enjuiciado por el Asalto al cuartel Moncada.
Entregar áreas para labrarlas o disponerlas a la ganadería tuvo y tiene impacto, económico y social, porque dotó a los cubanos de una herramienta de participación en la construcción de su propio destino. Ello propició un mayor sentido de pertenencia, con ese bien y con la sociedad a la que estuvieron integrados desde entonces, con un mayor protagonismo.
Uno de los amplios aportes del Líder Histórico fue establecer el derecho a la igualdad y a la alimentación, como premisa de un proceso que, a lo largo de más de 60 años de bloqueo, nos ha permitido permanecer fieles, con el agradecimiento por ese gesto tan noble y necesario.
Cuando noticias recientes de Rusia dan cuenta de la firma de una ley, con los mismos objetivos de aquella surgida «al calor del triunfo», es porque aún con los niveles de desarrollo logrados en potencias capitalistas, una norma que facilite el sostén familiar, es un beneplácito innegable y Cuba lo ha demostrado.
El autoabastecimiento es una realidad alcanzable. Cada patio puede ser un paraíso natural, con nombre de mujer.