Pasión, entrega y sabiduría

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Por Humberto Cedeño Torres | 22 febrero, 2018 |
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FOTO Rafael Martínez Arias

“Me gustaba mucho jugar a ser maestra, siempre intenté enseñar, desde muy pequeña”, dice Sonia Mejías Medina, para quien entregar amor y dedicación hacia los demás estuvo constantemente en su corazón.

Esta profesora de preescolar, de la escuela primaria José Antonio Saco, de Bayamo, mereció por su gran labor el premio Estrella Martiana.

Muy joven participó en la Campaña de Alfabetización, propuesta por Fidel para erradicar el analfabetismo en Cuba.

“La Campaña fue inolvidable, estuve en el segundo grupo. Nos trasladaron hasta Varadero, allí nos entregaron el manual, la cartilla, la lámpara y el uniforme. Nos prepararon.

“Era 1961, teníamos que convertirnos en un país libre de analfabetismo, nos explicaron que daban una lámpara porque  no había electricidad en los campos y también que en muchas casas no existían las condiciones para  quedarnos, así que nos dieron una hamaca.

“Aprendimos cada costumbre de los rurales, nos protegían y seguían todas nuestras indicaciones. Nos habituamos a tomar leche, algunos no lo hacíamos cotidianamente, además, había comidas nuevas para nosotros, pero las campesinas nos obligaban a comer, porque necesitábamos estar bien alimentadas¨.

Los premios constituyen incentivo en la existencia de Sonia, pero una sonrisa en la cara de los infantes, saber que aprendieron la materia, es su mayor satisfacción.

“La declaración de Hija Ilustre de Bayamo, no la esperaba, asimismo, recibir premios del Ministerio de Educación y otros internacionales, como el de Comprometidos con la Primera Infancia, no es importante por su significación o el nivel al que fueron dados, sino porque me sentí y me siento más comprometida con la labor que realizo¨.

El magisterio siempre ha sido algo esencial en la vida de Sonia.

“Es dedicarme a lo que más amo, a mis niños. Existen en el aula dos momentos fundamentales, uno es enseñarlos, buscando los métodos para que asimilen los contenidos, tanto los que tienen más posibilidades de aprendizaje como los que presentan más dificultades.

“El otro es poder desarrollar el amor por la patria en mis alumnos, crear actividades culturales que los nutran del amor que necesitan para poder defender este país.

“No me concibo fuera del aula, sin dar conocimientos a mis pequeños, educar, sin pensar en nuevas actividades  para conmemorar un hecho histórico y que ellos me entiendan, porque cada trabajo hay que adecuarlo a sus edades y necesidades, y sé que algún día pasará…¨.

Sonia es un ejemplo entre los maestros, su gran corazón, pasión por los niños, ansias de sabiduría, preparación en cada arista del magisterio son sentimientos y labores cotidianas, pues como dijera el Apóstol  “Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”.

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