Asimismo, contaría con la presencia de científicos del país caribeño, Canadá y otras naciones, ‘que podrían contribuir a aclarar este problema’.
Con el patrocinio de nuestras respectivas academias de ciencias y sobre la base del intercambio abierto y el acceso completo a la información relevante, podríamos discutir la fecha, el formato, el lugar y la participación, agregó Velázquez.
Hace poco más de un año el Departamento norteamericano de Estado se refirió a síntomas reportados por diplomáticos en la isla antillana como mareos, insomnio y pérdida de memoria, para retirar a la mayoría de su personal de la embajada en La Habana y expulsar a 17 funcionarios cubanos de Washington DC.
A raíz de esos problemas de salud, calificados por la administración de Donald Trump como ataques pese a que después de más de año y medio de investigaciones aún se desconocen sus causas o responsables, también se suspendió la entrega de visas en la isla y se emitió una advertencia de viajes recientemente suavizada.
En el artículo titulado El enigma de los síntomas de salud de los diplomáticos estadounidenses en La Habana: convocatoria de una reunión científica mundial, Velázquez sostuvo que en este tema la transparencia y la discusión científica abierta se han visto obstaculizadas por la falta de acceso a información vital.
También lamentó la publicación de investigaciones, análisis y conclusiones no fundamentadas con fallas metodológicas, por lo que, a falta de un enfoque científico exhaustivo, ‘las preguntas esenciales siguen sin respuesta, y los síntomas que informan todavía no tienen una explicación’.
A los especialistas cubanos no se les ha permitido el acceso a los pacientes de Estados Unidos para contribuir a un examen multidisciplinario y multinacional, indicó.
Tampoco, añadió, a pesar de las repetidas solicitudes al gobierno estadounidense, hemos podido establecer contacto personal con los médicos que evaluaron a los diplomáticos, para desarrollar un intercambio científico en el que pudiéramos compartir observaciones y análisis.
Según el presidente de la Academia de Ciencias del país caribeño, sobre la base de una amplia gama de síntomas, sin evidencia de daño, y dada la metodología defectuosa de la única publicación autorizada por Washington, es imposible concluir científicamente que alguno de estos pacientes fue atacado por una entidad o persona externa.