Un plan, con inspiración y tenacidad

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Por Sara Sariol Sosa | 20 diciembre, 2021 |
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IMAGEN ILUSTRATIVA

El plan económico del cercano 2022 debe en su ejecución, corresponder a la extraordinaria capacidad de resistencia del pueblo cubano, que acaso como ningún otro ha sabido sortear intermitentes escollos.

Esa fue la clara convocatoria realizada por el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando recientemente fue presentado ese proyecto y el del presupuesto para el 2022, en reunión del Consejo de Ministros, espacio en el que reiteró que transcurrirán en persistentes condiciones adversas.

Augurábamos que era, que así sería, pues tras dos años de contracción económica, es en el segundo semestre de este 2021, en que país ha logrado un iniciar un proceso gradual, y discreto, de los niveles de actividad.

Continuar por ese camino el venidero año, implica retos tan importantes como dar pasos seguros hacia la estabilización macroeconómica y en la recuperación del papel del peso cubano como centro del sistema financiero, con el propósito de detener el proceso inflacionario.

En las condiciones en que transitarán el plan y el presupuesto, será preciso definir muy bien las prioridades, para poderlas sostener en medio de limitados recursos.

Los principales esfuerzos, como se ha dicho, se concentran, además, en aspectos como la producción nacional de alimentos; el seguimiento al perfeccionamiento del comercio interior; el cumplimiento del plan de circulación mercantil minorista estatal en pesos cubanos; garantizar el control del gasto a todos los niveles presupuestarios; asegurar la eficiencia del proceso inversionista, y redoblar los esfuerzos para la captación de inversión extranjera directa.

Con todos esos elementos sobre la mesa, ambos proyectos serán presentados antes de cierre año a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y luego, como es tradicional serán centro de debate en asambleas con los trabajadores.

Si como se ha convocado, el plan debe corresponder al esfuerzo extraordinario del pueblo, entonces debíamos irnos adelantando en el compromiso de que los trabajadores, como parte mayoritaria del pueblo, participen en su ejecución con un activismo como nunca antes, con la posibilidad de presentar ese infinito torrente de ideas creativas que les ha permitido sortear tantos escollos.

Hay aperturas que viabilizan tal creatividad en el sector no estatal, puntualmente con la creación de micros, pequeñas y medianas empresas, y tanto o más puede lograrse en el universo empresarial si desde el inicio de año se da riendas sueltas al incalculable caudal de iniciativas que atesoran los trabajadores en un imprescindible y objetivo quehacer colectivo.

Habrá que debatir, escuchar propuestas sobre cómo mejor concretar los propósitos del plan, cuánto más pueda hacerse con los pocos recursos disponibles, y cómo subsanar los errores que nos han cobrado factura.

Solo si así se logra, el quehacer económico del 2022 trascenderá como verdadero reconocimiento a este pueblo batallador y con una excepcional capacidad de resistencia.

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