La comunidad de Victorino, hermoso paraje de la Sierra Maestra, está enclavada a más de 20 kilómetros de la cabecera municipal de Guisa, escoltada por los consejos populares de Palma del Perro y Los Números, además del III Frente en la provincia de Santiago de Cuba.

Sus producciones fundamentales son la cafetalera, los cultivos varios y frutales, las cuales descansan en la labor del sector cooperativo y campesino y trabajadores de las unidades de la Empresa integral forestal y zonal de la protección y conservación de la Flora y la Fauna.

Reynaldo Rodríguez Reyes, presidente del Consejo Popular, destacó que tienen como tareas priorizadas el autoabastecimiento alimentario, los envíos de productos a la ciudad de Bayamo y los renglones exportables.

“Hicimos un levantamiento de las tierras aptas, rescatamos los polos productivos, fortalecimos el movimiento de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar”.

Explicó que trabajan en las siembras de cultivos de ciclo corto y de granos como el maíz y frijoles que sustituyen importaciones y dio indicaciones para crear en cada base productiva un módulo pecuario.

Rodríguez Reyes dijo que buscan cumplir en el menor tiempo posible los cinco kilogramos de proteína animal per cápita con la crianza de cerdos de capa oscura, aves, conejos y ovino caprino.

“Nuestro propósito es lograr satisfacer todas las demandas y potenciar la comercialización, la que todavía muestra algunas vulnerabilidades”, aseguró.

Comisiones de trabajo gubernamentales junto al Partido de la zona y el grupo comunitario visitaron a todos los productores, revisamos los contratos; detectamos volúmenes de excedentes y ahí mismo se realizó la recontratación de la producción.

En este lugar de la serranía hay un ambiente favorable con muchos de los patios de las viviendas plantados de pepino, lechuga, col y acelga con los que los vecinos de allí aspiran aportar, en menos de tres meses, 40 toneladas de vegetales frescos para el llano de Granma.

Hasta su abrupta geografía se llega por un impresionante vial, una obra de la Revolución junto a las escuelas, consultorios médicos, salas de televisión, mini hidroeléctrica, despulpadora de café ecológica y los servicios de electrificación y de suministro de agua potable, entre otros.

No obstante, falta mucho por hacer para seguir desarrollando el quehacer económico y social del territorio y sus más de dos mil 700 habitantes, gente sencilla, laboriosa y hospitalaria.