Polémica en Japón tras revelar crímenes de la Segunda Guerra Mundial

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Por Prensa Latina (PL) | 16 agosto, 2017 |
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Tokio, -Un documental publicado recientemente por la cadena pública NHK desencadena hoy discusiones en la opinión pública sobre la historia y participación de Japón en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Titulado La verdad de la Unidad 731 de Harbin, el material reveló crímenes cometidos por ese grupo militar secreto de investigación y desarrollo de guerra biológica y química del Ejército Imperial Japonés durante la mencionada contienda.

Dicho tema es raramente abordado en Japón, mientras las autoridades intentan encubrir e incluso negar esa parte de la historia.

Pero el documental, a través de testimonios de miembros de la Unidad 731 y registros auténticos de los Juicios de Crímenes de Guerra de Khabarovsk en 1949, presenta elementos veraces ante el público.

Ubicada en el distrito de Pingfang de Harbin, la ciudad más grande por entonces del noreste de China y creada alrededor de 1936, la Unidad realizó experimentos con seres humanos vivos para probar bombas de liberación de gérmenes y bombas químicas, entre otras atrocidades.

La mayoría de las víctimas fueron chinos, mientras los otros eran soviéticos, mongoles, coreanos y soldados de las fuerzas aliadas capturados; algunos de ellos eran niños.

Así la pieza audiovisual, al mismo tiempo que causó irritación en las fuerzas ultraderechistas de Japón, expuso a muchos otra cara de la guerra y provocó reflexiones y pronunciamientos de varios sectores. Tamaki Matsuoka, una exprofesora de primaria que ha dedicado 30 años a defender la verdad histórica sobre la masacre de Nanjing en 1937, resaltó la importancia de los registros de audio de la Unidad 731 y los juicios de Khabarovsk presentados.

No obstante, también señaló que el documental no formuló la pregunta de por qué la mayoría de los oficiales responsables de los crímenes de la Unidad 731 regresaron a Japón sin ser enjuiciados debidamente e incluso disfrutaron de fama académica después.

En lugar de ello, los involucrados fueron secretamente inmunizados por Estados Unidos a cambio de los datos que recolectaron a través de la experimentación humana.

Solo los pocos que habían sido detenidos por las fuerzas soviéticas fueron juzgados en los juicios de Khabarovsk, en 1949.

‘Japón ha estado tratando de encubrir la historia por más de 70 años… Pretender ser víctima en lugar de victimario no funciona si se quiere reconstruir la relación con los vecinos en Asia’, agregó Matsuoka.

Las denuncias salen a la luz pública en un contexto en el cual el Gobierno trata de revisar la Constitución pacifista y asigna más fondos para los programas de investigación militar en las universidades.

Estudiosos alertan que durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército y las universidades japonesas tenían vínculos estrechos; los militares proporcionaban fondos de investigación y los centros de estudios suministraban los llamados talentos de investigación.

Por ello, el profesor de economía en la Universidad Keio de Tokio Hiroshi Onishi resaltó que el documental activó alarmas, pues el Ministerio de Defensa inició un programa de financiación llamado Promoción de Investigación de Tecnología de Seguridad Nacional, que apoya estudios de tecnologías a utilizarse para equipos militares.

‘El presupuesto para el programa fue de 300 millones de yenes (casi tres millones) en el año fiscal 2015, 600 millones de yenes (poco más de cinco millones de dólares) para el 2016 y subió a 11 mil millones de yenes (100 millones de dólares) en 2017’, apuntó Onishi.

Alertó que ‘mientras el Gobierno recorta fondos para otras pesquisas de contenido social, aumenta el presupuesto para el programa de financiamiento de investigación militar’.

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