A precios topados, ¿oídos sordos?

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Por Orlando Fombellida Claro y Sara Sariol Sosa | 17 enero, 2017 |
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Vendedora de productos agrícola en plena faena FOTO/Luis C. Palacios Leyva
Vendedora de productos agrícolas en plena faena FOTO/Luis C. Palacios Leyva

La noticia no podía ser mejor, más en vísperas de año nuevo: por acuerdo número 633 del Consejo de Administración Provincial del Poder Popular (CAP), a partir del 30 de diciembre  de 2016, comenzarían a regir en Granma regulaciones de precios para la comercialización de productos agropecuarios y bebidas, en mercados de oferta y demanda (concurrentes), carretilleros y camioneros.

Tales medidas, vienen a integrarse en una estrategia o proceso nacional, con alcance para todos los territorios, que busca, paulatinamente, incrementar el poder adquisitivo del peso cubano.

De hecho, meses atrás, ya una rebaja de precios para productos agrícolas en unidades estatales había allanado el camino del citado proceso.

Sin embargo, frente a estas nuevas regulaciones, las cuales alcanzan la comercialización particular, al fin y al cabo, la que más desangra los flacos bolsillos de la gente, no pocos oídos se hacen los sordos.

GRITOS EN EL CIELO, Y EN LAS CALLES

Llegamos a los alrededores del bayamés mercado Luis Ramírez López.  Una rápida indagación permite constatar que los precios están inalterables: ají pimiento a 10.00 pesos la libra, un plátano macho a 2.50, la cabeza de ajo a 2.00…

Lanzamos la pregunta: ¿por qué, si hay nuevas tarifas aprobadas por el gobierno? Y entonces, una lluvia de descompuestas justificaciones cae sobre nosotros.

Una vendedora, entre varios entrevistados, quienes decidieron omitir su nombre, argumenta: A finales de diciembre último, en una reunión les dijeron que habilitarían lugares para que ellos adquirieran productos, pero no lo han hecho.

“Vendo caro porque me venden caro. Si me venden barato yo vendo barato con mucho gusto”, justificó.

Al otro lado de la vía férrea, otra carretillera que oferta plátanos machos a dos por cinco pesos y tomates a 5.00 pesos, pregunta: “¿Dónde está el punto que nos han puesto a nosotros para adquirir mercancías?

Esta carretillera expendía plátanos a dos unidades por cinco pesos OTO/Luis C. Palacios Leyva
Esta carretillera expendía plátanos a dos unidades por cinco pesos FOTO/Luis C. Palacios Leyva

“Si el día 21 (de cada mes) usted no paga la patente, le ponen recargo, por tanto, no podemos dejar de trabajar, tenemos que seguir comprando caro y vendiendo caro”.

Reinier González Góngora, joven carretillero residente en Ortega, municipio de Guisa, advierte sobre el poco apoyo a la disposición por parte de productores.

“Los campesinos allá arriba no quieren venderte por libras. Antier traje tres cajas de zapote, el pasaje me costó 120.00 pesos, para ponerlo aquí, sin incluir el dinero que me costó sacarlo de donde lo cogí, yo mismo, hasta la casa mía, que fueron como 200.00 pesos.

“Es mucho sacrificio. Yo mismo me subo a las matas, recojo las frutas, las cargo al hombro, tres y cuatro kilómetros. A veces sales bien, otras mal. El pasaje, te mata, por cada paquete te cobran, por muy chiquito que sea, 10.00 o 15.00 pesos, y al campesino ya lo adaptamos, incluso al Estado, a comprarle caro”.

Y hablando de productores, para estos se dispone hoy en el territorio de opciones de acopio, las cuales, dicho sea de paso, algunos de estos no siempre utilizan, y prefieren vender sus cosechas a los particulares.

Entre razones y sazones, pensamos en ese dicho popular, de que nadie vende para perder. Acaso por eso, en el mercado Luis Ramírez López, con amplia presencia de concurrentes, los productos sí tienen precios en correspondencia con el límite establecido por el CAP.

Las dudas están en cuanto a determinadas frutas, como el zapote, que se venden al precio que el concurrente entiende, pues dicen no dominar cuáles son las endémicas señaladas por la resolución.

En el kiosco Delicias cubanas, en dicha área, las ofertas aparecen con sus precios al lado, sin embargo, el refresco enlatado, malta Bucanero, cervezas Cristal y Bucanero, no.

Al preguntarle a la joven dependienta, responde, molesta, que el dueño le orientó que siguiera vendiendo con los precios viejos.

Igual pasa en los kioscos recién construidos en la bayamesa avenida Felino Figueredo, a un costado del policlínico 13 de marzo, mientras en el que funciona dentro de la Terminal de Ómnibus Nacional, la malta está a 25 pesos.

Tablilla en la cual se oferta refrescos, cervezas y malta, pero no aparece el precio FOTO/Luis C. Palacios Leyva
Tablilla en la cual se oferta refrescos, cervezas y malta, pero no aparece el precioFOTO/Luis C. Palacios

Y según cuenta Daniel Cordoví, en Los Parajes, a la salida de la Ciudad Monumento hacia Santiago de Cuba, le cobraron la cerveza Bucanero a 1.20 CUC.

Annia Landrove Cruz considera que el topado de los precios de los productos mencionados “es una garantía para el pueblo. Si no se restablecen los precios, jamás seremos nadie; siempre estaremos explotados unos por  otros”.

Esmel   Seyera, director de la Empresa provincial de Acopio, asegura que su entidad crea las condiciones para la habilitación de puntos de suministro de productos para los carretilleros, al mismo precio al que se le vende a la población, gestión en la cual todavía se trabaja.

Detalles al respecto informará La Demajagua en próximas ediciones; mas, lo por lograr en ese sentido, que si se comprometió no se puede eludir, no exime el cumplimiento de lo legislado, y no es tampoco solo lo que determinó esta nueva moderación de precios.

LEY VS TRASMANO

Varias cuestiones motivan a la reflexión en estos asuntos, como el contenido de cada actividad aprobada para el trabajo por cuenta propia, que a nuestro entender no puede seguir siendo, en modo alguno, una vía para acaparar productos que en insuficientes cantidades oferta el Estado.

Pensamos, específicamente, en las bebidas, las cuales salen por cantidades nada despreciables de las unidades recaudadoras de divisas hacia cafeterías y paladares, cuyos propietarios están entre quienes más caso omiso han hecho a las nuevas regulaciones de precios, y continúan vendiendo las cervezas a 30 pesos y más, a pesar de que para obtenerlas no tienen que ir a la montaña, ni correr trámites engorrosos para trasladarlas.
Algunos argumentan que en establecimientos estatales se niegan a venderles, buscando que les paguen por encima de los precios establecidos, para “hacerles el favor”.

Muchos de esos expendedores, para no ser absolutos, abiertamente han declarado que no variarán los precios. ¿Están por encima de la ley?

EL QUE SE HACE DE AZÚCAR…

Desde los municipios, disímiles personas nos han hecho llegar su preocupación sobre la inobservancia de las regulaciones, y también sobre la resistencia de algunos concurrentes (incluidos comercializadores de carne de cerdo), que desde una posición de fuerza han optado por detener su actividad.

Alguien, incluso, trajo a colación aquella tristemente famosa actuación de los cocheros, en Bayamo, cuando primero se negaron a prestar servicio al subírseles la cuota impositiva; luego duplicaron el monto del pasaje, y lo mantuvieron a dos pesos el tramo, incluso cuando la cuota se les bajó.

¿Pasará ahora lo mismo?  Esperemos que no, y que quienes no sean capaces de acatar decisiones de beneficio colectivo, sientan el peso de la Ley.

Así las cosas, la verdadera batalla por el cumplimiento de lo establecido, aún está por comenzar, y es preciso que transite, en primer lugar, por respeto a la Ley, a quien la dicta y por la exigencia del pueblo, que es, a la postre, el que sufre en carne, bolsillo, cabeza , y corazón propios los altos precios, sin embargo, lamentablemente, no pocos dejan que “el problema” se lo busque otro.

Es importante  el control estricto, en el cual, por supuesto, los inspectores integrales deben desempeñar un papel principal, con el respaldo de la población y del Ministerio del Interior.

concurrentes

Aliviar la existencia con regulaciones como estas, es una cuestión de humanismo y sensibilidad, y es una verdadera lástima que no todos sean capaces de asumirlo de talmanera.

Listado de precios

Los vendedores  de ajo insisten en vender por unidades> cabezas, patas y ristras FOTO/Luis C. Palacios Leyva
Los vendedores de ajo insisten en vender por unidades: cabezas, patas y ristras FOTO/Luis C. Palacios Leyva

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  1. Es una buena medida aplicar tarifas con los precios de los particulares por parte de el gobierno pero quién toma medidas con los precios exagerados de gastronomía en cuanto a esos bocaditos tan elevados de 8 asta 15 pesos que tienen: apenas se nota el gramaje han sacado la cuenta de que la jamonada sale a 800 o más el tuvo por parte de gastronomía por favor el salario no da para tanto no todos cobran 5000 pesos

  2. Como es posible que nadie controla Los inspectores integrales o Los policias, que hacen lo que le da la gana. Eso es el verdadero problema de tanta corruptción. Parece que Ellos no trabajan por El Estado sino por su propria cuenta. Estoy indignado y El pueblo sufre. Hay que botar quien permite que ellos siguen en esta ilegalidad

  3. Parece que Manzanillo, no pertenece a Granma o no tiene inspectores, quien controla esto, aquí siguen como antes, la carne de cerdo en muchos lugares a 23, los ajos al menudeo muy caros y nadie enfrenta esto, sin hablar de los cocheros que han hecho fuerza y mantienen los precios tal como antes (aunque no viene al caso)

  4. Pero si Acopio vende al mismo precio que a la población, ¿cómo esperan que el vendedor no le suba precios? ¿Qué ganaría ese vendedor? No tiene lógica. Hay que aplicar las reglas de venta mayorista, si no, la economía no avanzará y los perjudicados serán los que necesitan comprar.

    1. Lo que usted comenta tiene lógica pero para alguien que no vive en cuba, los cuentapropistas ganan como quiera porque no todo se lo compran a acopio, yo diría que menos del 50% de la mercancía que venden se la compran a acopio. El nombre de los cuentapropistas, en especial a los carretilleros debería de ser descarados, estafadores porque es realmente lo que son. Este artículo no aporta nada nuevo, lo que debería decir es que solo esas leyes se quedaron en papeles porque no están siendo aplicadas ni exigidas. Es un chiste salir a comprarle a los carretilleros y demás particulares, tienen puesta la tarifa de precio pero cuando le pides un producto ellos te dicen otro precio que no tiene nada que ver con el de la tabla y si quieres lo compras o sino no lo compras y ya, a ellos le importa un comino. Que falta de respeto al pueblo.

      1. Amigo mio, usted tiene toda la razón del mundo esos que se nombran ser carretilleros no les cabe otro apelitivo que usted menciona y lo hacen con gran impunidad que todo ciudadano lo ve hasta quienes nos representan y no pasa nada, nuestro pueblo o los mas afectados de nuestro pueblo los denuncian y siguen con su inmunidad, tal mente parece que son embajadores de buena voluntad por quitarnos lo poco que percibimos producto a nuestro trabajo