Manzanillo.- El Premio Memoria Viva, que confiere el Instituto de Investigaciones Juan Marinello, se entregó la víspera a la Comparsa de Romilio, popular unidad artística del barrio de Caymari, en esta costera ciudad de la oriental provincia cubana de Granma.
El galardón se concede de manera anual a personalidades con una destacada labor de preservación, rescate o revitalización, proyección artística y a otras vinculadas con las manifestaciones o géneros de la cultura popular tradicional, ya sean de carácter espiritual o material.
Antonio Quesada Labrada, el director general manifestó la satisfacción por el Premio, que dedicó a su padre (Romilio), el fundador de la comparsa con más de 80 años de trabajo y dijo que el resultado es un nuevo compromiso con el pueblo manzanillero que tanto disfruta las evoluciones de los comparseros.
La comparsa del populoso barrio de Caymari fue la gran triunfadora del carnaval de Manzanillo en 2016 con el espectáculo Por la unidad latinoamericana.
Centenares de residentes en la ciudad del Golfo de Guacanayabo compartieron el júbilo con los comparseros, quienes “bajaron la loma” a golpe de tambor para festejar además la clasificación de Granma a la fase final del béisbol cubano y recibir el estímulo en una gala efectuada en los portales de la Casa de Cultura.
La actividad reservó además reconocimientos para Caridad Córdova en sus 40 años de vida artística y a César Martín, por tres décadas de trabajo como historiador.
La Banda Municipal de Conciertos en su aniversario 112 y los Conjuntos Guasimal y Alegres del Paraíso, conocidos como La Melcocha de Yara, en sus 136 y 71 años respectivamente, como defensores de la música popular y tradicional también fueron agasajados, junto a instructores de arte y trovadores de la Asociación Hermanos Saiz.
Los artistas manzanilleros Yailé Avilé, Ariel Alberto, Olga González acompañada al piano por Jesús Estrada, la compañía folklórica OKAN ADDÉ, una muestra del espectáculo Cubanísimo, parejas de danzoneros, el proyecto Mundo Mágico, matizaron los momentos artísticos de la noche, que cerró con los inconfundibles toques de la conga de la comparsa de Romilio.