Preside Díaz-Canel delegación a inauguración del Canal Panamá

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Por Agencia Cubana de Noticias (ACN) | 26 junio, 2016 |
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La Habana-.  El Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, preside la delegación cubana a la ceremonia de inauguración del Canal de Panamá Ampliado, que tendrá lugar este domingo 26 de junio en Cocolí, Panamá.

La delegación cubana está integrada, además, por la viceministra de Relaciones Exteriores Ana Teresita González Fraga y el Embajador de Cuba en ese país, Antonio Miguel Pardo Sánchez, informa el periódico Juventud Rebelde.

Canal de Panamá: pasiones desbordadas

Panama Canal Expansion

Panamá-.  El primer libro que leyó Jim Sayers trataba sobre el Canal de Panamá, y conocer este lugar se convirtió en su sueño, por eso lloró cuando pudo hacerlo realidad y enamorado de la obra ingeniera, vivió en sus riberas por varios años.

Este septuagenario estadounidense, jubilado como capitán de barco pero convertido ahora en periodista digital, añora volver a las cercanías de la vía acuática, porque la considera “su casa”.

Si para extranjeros la ingeniosa obra atrae tal imán, para los panameños es parte de su propia vida e idiosincrasia, y despierta pasiones encontradas, por ello la masiva respuesta popular a la original convocatoria de visitar las nuevas esclusas que hoy se inauguran, antes de que las aguas las inundaran.

Otros buscan entre las cruces de los cementerios a familiares lejanos o cercanos que perdieron su vida mientras laboraban en la construcción u operación de la ruta fluvial, y las flores de este 26 de junio son para recordar su presencia en el éxito colectivo.

Aunque trate de soslayarse en un llamado a la unidad para celebrar la grandiosa obra de la ampliación para megabuques, subyace un sentimiento tal vez somnoliento en estos tiempos, de que el Canal es sinónimo de soberanía, nacionalismo y luchas por la dignidad.

Algunos sectores sociales rechazan el bautizo de Cocolí y Agua Clara a las nuevas esclusas, en lugar de Ascanio Arosemena, estudiante de 19 años masacrado por tropas estadounidenses de ocupación, al intentar junto a otros izar la bandera panameña en la entonces Zona del Canal.

Propuesta a considerar fue también (Omar) Torrijos y (Jimmy) Carter, los estadistas de Panamá y Estados Unidos, respectivamente, que firmaron los históricos tratados los cuales en un ambiente pacífico traspasaron a jurisdicción panameña la franja canalera y todas sus instalaciones; los más ortodoxos piensan que solo debían llamarse General Omar Torrijos Herrera.

“Es inexcusable el desarraigo con el pasado histórico y la convicción de seguir dejando huellas para las futuras generaciones”, escribió el Colegio Nacional de Abogados en un reciente mensaje a la nación que tituló: “¿Somos un país con un canal, o un canal con un país?”

En tanto, desde el Partido del Pueblo se difundió un mensaje con el análisis de fenómenos sociales favorables, tales como “el grado creciente de empoderamiento del pueblo panameño en torno a la propiedad del Canal, como consecuencia de la participación de miles de panameños en posiciones de mando”.

Al referirse a lo que representa de ventaja para el mundo la apertura de la ampliación canalera, la fuerza política de ideología marxista advirtió que la valoración de lo que es Panamá hoy, es motivo de todo tipo de tentaciones para las grandes potencias económica del orbe.

También la organización social Polo Ciudadano se refirió al tema y calificó la celebración como “espectáculo mediático” centrado en la “gran fiesta multimillonaria de inauguración”, mientras opinó que la instalación “estará al servicio de los consorcios y trasnacionales del mundo, pero no en beneficio de sus verdaderos dueños, el pueblo panameño”.

Hasta el periódico estadounidense The New York Time participó de la controversia, al ofrecer espacio a cierta empresa perdedora en la licitación para construir la voluminosa obra y criticó la calidad de la misma.

Pasiones aparte, serios análisis económicos pronostican un impacto positivo en las cadenas productivas globales con el tránsito interoceánico de barcos que triplican la capacidad de los Panamax, los cuales son los mayores actualmente en la ruta.

Si los ingresos al Estado del Canal de Panamá en manos de los locales, multiplicaron en 15 años los entregados por los operadores estadounidenses, las nuevas esclusas pueden incrementar exponencialmente los mismos.

El cuestionamiento de la sociedad no es la organización, eficiencia y crecimiento del emporio público, sino qué hacen los gobiernos con los aportes, que en el 2015 solamente fueron casi mil millones de dólares.

En un país donde oficialmente se reconoce la desigualdad en la redistribución de la riqueza, hasta el momento sus ciudadanos no están conformes con las propuestas gubernamentales en la solución de los crecientes problemas sociales.

Pero hoy, y quizás solo por excepción, una mayoría hacen un alto en sus reclamos para disfrutar la fiesta nacional por el logro de una obra calificada como la mayor del país en un siglo, mientras comparten el orgullo de que los protagonistas son los panameños. (Por Osvaldo Rodríguez Martínez / Prensa Latina)

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