Proeza(+video)

Share Button
Por Osviel Castro Medel | 2 diciembre, 2019 |
0
FOTO La Demajagua

De las proezas que conocemos aquella del pequeño yate blanco zarandeado, en un diciembre de mosquitos y jejenes, es una de las más hermosas.

Hermosa porque los 82 hombres que iban dentro, estrujados y estrechos, no se cansaron por los vómitos y los mareos, ni temblaron por manglar que les rajó los pies. Iban con la palabra libertad hundida más allá del uniforme verde olivo.

Hermosa porque el viaje  de siete, con el combustible contado por gotas, desde Tuxpan hasta Los Cayuelos fue odisea, oleaje retador, aviones sobre sus cabezas… y aún así conservaron la alegría y el deseo.


Hermosa porque solo pensar en el episodio de Roberto Roque sobresalta. Cayó a la boca negra del mar en uno de los vaivenes del azaroso viaje, entonces sobrevino la búsqueda infructuosa, luego los gritos desesperados… el llanto casi.  Pero la orden del Líder fue lección para tiempos futuros: hay que encontrarlo, por eso su aparición inspiró el frenesí y hasta un coro con el Himno, que se escuchó en las nubes.

De las proezas de este tiempo, la del yate Granma es de las más sublimes.  Sublime porque desde ese 2 de diciembre de 1956 las madrugadas empezaron a ser distintas para Fidel, sus 81 acompañantes y para Cuba toda. Desde entonces, el recuento de los últimos libertadores insufla la vena de una nación; desde ese día quedó remarcado nuestro verdadero destino.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *