En todo barrio existe un pendenciero   siempre dispuesto a echar  bravatas a todo el mundo, tiene un alto e injustificado  concepto de sí mismo y por lo general quiere imponer su criterio a todo el que lo rodea.

También en todo asentamiento poblacional ha existido un chico o joven pudiente, el dueño del bate los guantes y la pelota que invariablemente desea imponer las reglas del juego a los demás y si no le conviene, arrebata  los pertrechos y sella el lance beisbolero con una frase lapidaria: ¡Se acabó el juego!

En este barrio global que es el mundo “en vigor”, hay también guapetones que intentan hacer lo mismo, con altanería a lo John Wayne, Clint Eastwood, Lee Van Cleef, Yul Brynner, Allan Ladd y tantos otros “héroes” de celuloide que llegan a los “saloons” a imponer a golpes de puño o del tambor de sus revólveres aquellas discutibles verdades.

Pero ya lo dijo el famoso  Harrison Ford: “No es lo mismo emprender una acción temeraria en una película, que hacerlo en la vida real” , aun cuando blogueros admiradores digan lo contrario.

Como un matón de barrio se comporta el actual presidente de los Estados Unidos, mal que les pese reconocer a sus admiradores, algunos nacidos del lado de acá del estrecho de La Florida, pero eso no es privativo del actual inquilino de la Casa Blanca, entre sus 45  antecesores muy pocos descollaron por sus ideales de justicia.

Ahora empecinado con Cuba y Venezuela, además de China, Corea del Norte, Irán… y todo el mundo, Trump nos quiere ahogar verdaderamente.

Pero en Cuba lo que logra con cada mala acción, es  una mayor adhesión del pueblo en torno a su presidente, del Gobierno y del Partido Comunista, sus pronunciamientos   han generado    una solidaridad entre cubanos como nunca antes, aun cuando existan algunos que quieran  seguir aprovechándose  del prójimo.

Los buenos quehaceres sobran.

Rolando Oduardo Peña, especialista  de la Empresa de servicios técnicos a la industria azucarera a cargo del montaje de la planta industrial de granos en Puente Guillén, municipio de Río Cauto manifiesta que las brigadas a su cargo y él mismo estarán a pie de planta para que el éxito les sonría, lo cual es corroborado por los jóvenes Wilber Zequeira García, Luis Ángel Tornés y Oscar Castellanos Moreno.

Rufo Alberto Pérez Smith, administrador de la ubpc Los Guayos de Campechuela: “¡No nos hemos parado ni un momento, buscamos alternativas,  movemos las fuerzas, pero la siembra  y cultivo de la caña van, sin abandonar la producción de alimentos”!

No pocos  carretoneros y cativaneros se suman a la iniciativa de recoger desechos sólidos en Bayamo, para apoyar el saneamiento de la ciudad, mediante  pago de le empresa de servicios comunales y no tienen que hacer desembolsos adicionales a la oficina de administración tributaria.

Los paradigmas anteriores devienen la muestra más fehaciente del concepto Pensar como país, cuando hay un “guapo” que quiere meter las narices en todo asunto cubano y de los cubanos.

A propósito tuve un estudiante en mis lejanos años como docente, que  añadía un sonido  parecido a la NNN a las palabras terminadas en vocal y así decía llamarse RobertoNN, sus camaradas,  ni cortos ni perezosos empezaron a llamarlo Robertón y así se quedó.

Cuando veía a alguien vociferando improperios, y dueño de una derecha terrible solo advertía al  escandaloso: “¡Qué guapoNNN!, palanqueba su brazo y antebrazo y mostraba que estaba listo para responder.

A la escalada agresiva de Donald Trump, simbolizando la voluntad de un pueblo, vuelve a rastrillar su poderoso “remo”.

¡Harta elocuencia!