El abarrotado parque Mártires de Barbados, que por estos días acogió los choques iniciales del equipo de Granma en la segunda etapa de la 57 Serie nacional de béisbol, obligó a recordar aquellas jornadas de enero cuando los Alazanes consiguieron el primer título en clásicos nacionales.

Aficionados por doquier y que llegaban de todas partes, junto a la contagiosa conga y otras iniciativas, caracterizaron el ambiente en la instalación bayamesa, donde los anfitriones ganaron sus seis encuentros, con sendas barridas sobre Artemisa e Industriales.

Desde las convincentes victorias en el play off por el comodín ante Villa Clara, creció la efervescencia beisbolera en predios granmenses y, no era para menos, porque los alumnos de Carlos Martí Santos, aun sin los refuerzos, ya lucían más acoplados.

Sin embargo, el desenfreno encontró su clímax en el tope contra los Leones capitalinos, a pesar de la suspensión de tres desafíos impuesta a su manager Víctor Mesa, que le impidió salir al terreno.

Aun así, eso no imposibilitó que los más de 12 mil asistentes, en cada jornada, disfrutaran de la soberbia demostración del conjunto local. De hecho, sus presentaciones más recientes confirman que de aquella selección presionada frente a rivales de jerarquía y en estadios repletos, solo queda el recuerdo.

Por cierto, los vigentes monarcas (32-19) defienden desde hoy, frente a Matanzas, el invicto de esta fase y la racha ganadora de 11 triunfos consecutivos, incluyendo los últimos tres de la clasificatoria y los dos de la mencionada serie de comodines contra los Naranjas villaclareños.

Con ese trote imponente, accedieron al tercer lugar de la tabla, por delante de los Cocodrilos matanceros (31-19), y redujeron a 2,5 la diferencia que los separaba de Industriales (34-16) y a dos de los Leñadores tuneros (33-16), punteros de la clasificación. Mientras, se alejaban de los Vegueros pinareños (29-22) y de los Cazadores artemiseños (27-24).

Desde este viernes, la tropa de Martí Santos emprendió una gira de tres compromisos, que inicia en el Victoria de Girón, de Matanzas; proseguirá en el Capitán San Luis, de Pinar del Río, antes de concluir en el Julio Antonio Mella, de Las Tunas.