En San Lorenzo, intrincada localidad de la serranía oriental, donde vivió sus últimos días Carlos Manuel Perfecto del Carmen de Céspedes y del Castillo, el Primer Presidente de la República en Armas de Cuba, nos dio para las venideras generaciones una gran lección cívica.
Coherente con su actitud en Bijagual de Jiguaní en octubre de 1873, al ser depuesto por las injustas valoraciones de la Cámara de Representantes, peso decisorio cargado de intrigas y sentimientos bajos; el hijo de Bayamo (abril 1819) no disintió ni llamó a la indisciplina de las tropas, acogiéndose a lo escrito en palabra de ley, por él no se derramaría sangre en vano, diría acuñando su proverbial aplomo cuando de disposiciones medulares se trataba.
Rememoran el Aniversario 146 de la caída en combate del Padre de la Patria.
Una escenificación de los hechos ocurridos…Publicada por La Demajagua en Miércoles, 26 de febrero de 2020
Para entender la actitud del patriota, aconsejo leer Los silencios quebrados de San Lorenzo, de quién tomo el título de este artículo. Ensayo escrito por el Doctor en Ciencias Rafael Acosta de Arriba, uno de los más profundos estudiosos y conocedores de la vida del Padre de la Patria cubana. Texto cuya cuarta edición vio la luz por la Editorial Abril (2018) .
Conversando con este cubano raigal, que opina que Céspedes es un hombre extraordinario por sus actitudes y acciones, aunque también vivió como un hombre común, con valores dignos de señalar e imitar debido a su polifacética dimensión humana, imposible de encasillar en estatuas o dechado de perfección, pues también erró y tuvo defectos.
En Los silencios.. Acosta de Arriba hace énfasis en el hombre de pensamiento que fue Céspedes, en su ideario liberal, romántico y revolucionario a un tiempo, abolicionista y masón.
De Céspedes agrega de Arriba en un ensayo publicado por La Gaceta de Cuba en 2018, sobre la novela El camino de la desobediencia de Evelio Traba (Bayamo 1985) ¨ Ese hombre probó su fortaleza en el sin igual fragor de la lucha independentista, abierta para él (y por él) en varios frentes (el español enemigo, el patriota rival, la enigmática emigración y el más difícil de todos y que advirtió muy bien José Martí, el de la ingratitud de los hombres).¨
Y agrega acerca del hombre que le debemos los cubanos aún más estudios, búsqueda, investigación, honores: ¨En San Lorenzo fue una especie de fiera que se lame sus heridas. En los días finales de su existencia escribió páginas fundamentales para entender aquel proceso histórico y el nacimiento de la nación. La guerra desatada en buena medida por su decisión personal no fue de rápida solución como supuso en un primer momento y los diversos factores históricos, sociales, militares, personales y de todo orden hicieron que la situación que en un inicio trató de domeñar escapara a su control (al de todos realmente) y el caos se impuso como agenda cotidiana.¨
Si bien Céspedes no pudo ver los frutos de su entrega, y no fue poco lo que dio, no hablo por supuesto de la cuantiosa fortuna, las pérdidas de propiedades y su estatus o comodidad de hacendado, sino las pérdidas físicas de familiares, amigos, la incomodidad de vivir en la incertidumbre, lo sufridodo por él al ver la desunión e incomprensiones de algunos cubanos que se declararon enemigos en el mismo bando. Nos legó una infinidad de virtudes: las de un ser humano que quiebra silencios.