Lejos estaba el español Jesús Armesto Braña de sospechar que su invento de un transmisor para que ondas hertzianas surcaran el éter manzanillero se convertiría, a 85 años del suceso, en una radio de pasiones compartidas.
Así se vive hoy la experiencia de la radiodifusión en la ciudad del Golfo de Guacanayabo, un medio que es escuela, orgullo, compromiso y vitalidad.
Orestes Milanés Leyva, director de la emisora Radio Granma resalta la profesionalidad del colectivo y asegura que queda mucho por lograr.
“Son más de ocho décadas intentando reflejar la vida social, productiva, económica, política de Manzanillo, y un poco más allá.
“Parecernos un poco más a la audiencia, responder a sus expectativas haciendo coincidir agendas mediáticas y públicas son retos, a los que se unen la constante superación de realizadores, periodistas y locutores”.
Milanés Leyva asegura que las transmisiones en vivo a través de internet exigen al colectivo mayor calidad, responsabilidad y organización.
“Cómo influir mediante la palabra, la música, el entretenimiento en el interés de nuestros oyentes en cualquier parte del mundo, llevarles nuestra idiosincrasia, cultura y arte”.
La radio es mi sangre
Rolando de la Cruz Gacel llegó, a inicios de 1971, a la radiodifusión, y cimenta una brillante trayectoria como sonidista que sustenta la condecoración Micrófono de la Radio, único de su especialidad que lo ostenta en Cuba.
“La radio es mi sangre. Aprendí de excelentes profesionales, conocimientos que hoy transmito a otros. La mayor dicha es el reconocimiento de los oyentes”, dice quien es considerado el mejor realizador de las transmisiones desde exteriores.
Mi novia de la vida
Ernesto Martínez Robles es de los más distinguidos locutores cubanos de la actualidad, refrendado por los múltiples premios nacionales y jefe del tribunal regional de evaluación de esa especialidad.
“Llegué en 1971 y, desde entonces, me empeño en comunicar con la palabra. El locutor tiene que estar preparado en todos los órdenes. Crecí al lado de Jorge Ibarra, Luis Alarcón y Gladys Goizueta, grandes amigos y colegas.
Martínez Robles fue internacionalista en Etiopía y es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba: “Tengo un libro inconcluso Radio de mi amor, porque definitivamente la radio es la novia de la vida”.
Atrevimiento y fiesta
Eduardo Bertot Vieito y Orestes Ernesto Remón Saborit disfrutan el placer que brinda el reconocimiento de la audiencia.
El primero define su llegada a la radio como un atrevimiento de la infancia: “Me enamoré de ella. Hoy realizo varias especialidades, pero mi preferida es la dirección y aquí estaré mientras tenga fuerzas. A la juventud nos corresponde consolidar la obra que heredamos de los consagrados. Tenemos que ser osados y perseverantes.
Orestes Ernesto es licenciado en Educación, pero hace 30 años “descubrió” que lo suyo era la radio: “Disfruto hacer todos los programas, pero La Discoteca es mi fiesta, porque me acerca a lo mejor de la música cubana y mundial, me obliga a estudiar y cultiva”.
Remón Saborit recibió este año el Premio Bayamo, de la Uneac de Granma: “Es un honor y compromiso, porque no me gusta que me miren como una persona premiada por su obra, sencillamente un realizador que hace lo que en cada momento le toca”.
Epílogo
La radiodifusión manzanillera tiene 85 años y lo festeja con el cariño de sus oyentes, esos que la reconocen “tan criolla como nuestro son” y a “orillas del Golfo, mirando al Caribe”.