De canciones, imágenes y palabras de Fidel, se llenaron las primeras horas de la noche de este sábado,  en el parque-museo Ñico López, de Bayamo, durante la velada por el aniversario primero de la desaparición física del Comandante en Jefe, cuyas cenizas descansaron en el histórico sitio el 2 de diciembre, en su marcha hacia Santiago de Cuba.

En uno de los portales de dicha institución cultural, escoltado por las banderas Nacional de Cuba y la de Carlos Manuel de Céspedes, estaba una foto del líder histórico de la Revolución cubana, frente a la cual se escucharon las canciones del trovador Raúl Torres,  Cabalgando con Fidel y el Regreso del amigo;  Después de llorarte, de Manuel Rodríguez Puig,  y el instrumental Transparencias (tema de la serie televisiva En silencio ha tenido que ser) de José María Vitier.

También, el poema musicalizado Canto a Fidel, de Carilda Oliver, interpretado por el coro infantil Ismaelillo,  Quién dijo que se me fue, por  el grupo Yaraví, y Su nombre es pueblo,  cantada por Yudenia Manso.

El guión y dirección artística estuvieron a cargo de Mirelys Echenique Naranjo, y de una gran banda de conciertos, el acompañamiento musical de los intérpretes.

El parque-museo Ñico López era el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, asaltado simultáneamente con el cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, acciones organizadas por Fidel Castro Ruz.

En su sala de exposiciones,  descansaron las cenizas del Comandante en Jefe la noche del 2 de diciembre de 2016, en su marcha hacia Santiago de Cuba.

Antecedió a la velada, una peregrinación realizada por cientos de bayameses, desde la Plaza de la Patria hasta el Ñico López, encabezada por un caballo blanco sin jinete, como dice uno de los versos de la canción de Raúl Torres Cabalgando con Fidel.

Por su patriotismo y sobriedad, fue una velada digna del héroe al que estuvo dedicada.