“… Pretendemos que sea Orto, fiel exponente, portavoz y órgano de la cultura y riqueza de este nuestro querido pueblo; por lo que solicitamos también el valioso concurso de todos aquellos que quieran ayudarnos con su colaboración…”
Así apareció escrito en la presentación del primer número de la revista manzanillera Orto, correspondiente al 7 de enero de 1912, precisó el poeta manzanillero Ángel Larramendi Mecias, director del Centro de promoción para la literaria Manuel Navarro Luna
La referida publicación, fundada por Juan Francisco Sariol tuvo, inicialmente una frecuencia semanal y a partir de septiembre de 1921 comenzó a ver la luz quincenalmente, periodicidad que mantuvo durante varios años e incrementada luego la cantidad de páginas y el número tiradas.
En sus planas se publicaron cuentos, poemas, fragmentos de novelas, artículos sobre filosofía, historia, educación, música, artes plásticas, teatro y crítica literaria, números monográficos dedicados a personalidades célebres cubanas y extranjeras como José Martí, Rubén Darío, Juan Gualberto Gómez, José Manuel Poveda, Luis Felipe Rodríguez, Antonio Maceo, Carlos Enríquez y José Enrique Rodó, entre otros, agregó Larramendi Mecias.
Edición singular fue la dedicada a la poetisa bayamesa María Luisa Milanés (1893-1919), al cumplirse diez años de su muerte (mayo 1929) , única compilación, bastante nutrida, de sus poemas.
Entre los escritores publicados destacan: Luis Felipe Rodríguez, Epifanio Sánchez Quesada, Manuel Navarro Luna, Dulce María Borrero, Regino Boti, Agustín Acosta, Bonifacio Byrne, Enrique José Varona, Alfonso Hernández Catá, Nicolás Guillén, Raúl Roa, Félix Pita Rodríguez y Eugenio Florit.
También Don Fernando Ortiz, Alejo Carpentier, Juan Marinello, Pablo de la Torriente Brau, Carlos Rafael Rodríguez, Emilio Ballagas, Mirta Aguirre, Delmira Agustini, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Amado Nervo, León Tolstoi, Walt Whitman, Marcel Proust, Juana de Ibarbouru, Rabindranath Tagore y Rómulo Gallegos.
Orto no mantuvo una calidad artístico-literaria estable debido al concepto editorial de sus realizadores; pero ello no restó méritos a la publicación que, en sentido general, creó una obra de extraordinaria estatura y profundamente enraizada en lo cubano, desde la cual comenzaron a vislumbrarse los signos de la contemporaneidad.
A 110 años de su primer número, no quedan dudas de que Orto satisfizo los propósitos de su fundación, y subsistió como alto exponente de la cultura cubana.