El destacado político e intelectual cubano Ricardo Alarcón de Quesada reflexionó, este viernes, en el teatro del Comité provincial del Partido, con juristas granmenses sobre aspectos relacionados con la Ley Helms-Burton, aprobada en 1996 por el presidente norteamericano William Clinton.
Alarcón de Quesada sugirió a los presentes leer detenidamente e interiorizar esta normativa, en la cual destacan IV títulos que violan el derecho internacional y constituyen una muestra de la extraterritorialidad de la política del Gobierno de los Estados Unidos.
El título I consiste en la codificación del bloqueo para contribuir al derrocamiento de la Revolución cubana, el II es el anuncio del fin de la existencia de la nación cubana y sus instituciones, el III -cuyo derecho de acción fue actualizado recientemente por el presidente Trump- permite presentar demandas contra personas o empresas que están ocupando propiedades confiscadas o abandonadas por sus antiguos dueños.
Este acápite implica un regreso al pasado y el retorno a la propiedad privada, en cuyo apoyo están implicados hasta descendientes de la antigua oligarquía cubana, quienes exigen les sean devueltas sus propiedades.
El también Doctor en Filosofía y Letras puso un ejemplo risible, en el cual uno de los demandantes planteaba que no quería quitarle la casa a ningún cubano, pero que recordaran que le debían 60 años de alquiler.
Con respecto al título IV expresó que entre otras cuestiones limita el acceso de cubanos y amigos de la Isla a los EE.UU, porque niega y limita las visas para entrar a ese territorio.
“No hay otro objetivo que el de asfixiar al pueblo, despojarlo de sus propiedades y desmotivar a hombres de negocio a que inviertan en nuestro país”, enfatizó.
El otrora presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular resaltó que esta ley con sus acápites, deja bien claro que no habrá relaciones normales entre los Estados Unidos y Cuba hasta que se retorne al régimen político, económico y social existente antes del primero de enero de 1959.