Refugio de Fauna Ensenada del Gua: Un hospedero de especies (+ fotos y audio)

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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 11 junio, 2021 |
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FOTO/Cortesía de Mario Antonio Pérez  Gómez

La labor de conservación del Refugio de fauna Ensenada del Gua, de Manzanillo, unido a su alto grado de endemismo, avalan desde 2012 su condición de área protegida.

 

Según Mario Antonio Pérez  Gómez, Especialista principal del área, esta labor de conservación se extiende a los municipios de Campechuela, Manzanillo y Yara con proyectos de conservación, vigilancia, protección, educación ambiental, rescate de formaciones vegetales, de aves, reptiles, mamíferos y contra incendios forestales en los períodos con mayor tendencia.

“Se decide nombrar esta zona como área protegida porque tiene innumerables servicios eco sistémicos, el primero es el manglar, que atenúa la recirculación del agua, la salinidad, el aumento del nivel del mar, y constituye además un controlador biológico.

“Como parte del Programa de país Tarea Vida, destaca el rescate de formaciones vegetales sobre todo en el bosque de manglar, que constituye la primera barrera que tienen los municipios costeros contra los eventos de gran dimensión hidro meteorológica”, expone Pérez Gómez.

A raíz de los proyectos específicos con aves se ha logrado actualizar el inventario de especies, que ya alcanza las cien identificadas, ocho de ellas endémicas de Cuba.

En cuanto a reptiles se registró una especie más de 17 existentes, ocho de ellas endémicas, para un 44,5 por ciento de endemismo, y se lleva a cabo el inventario florístico que implica más tiempo.

Entre 50 y 60 trabajadores vigilan y protegen esta importante área protegida con un alto grado de endemismo en el país. Ellos también son responsables de proteger diariamente más de 20 mil hectáreas de mangle un trabajo complicado al cual se suman las adversidades de estos tiempos.

Cada municipio cuenta con educadores ambientales que trabajan en escuelas cercanas a la línea costera y que comprende niños y  pobladores de los asentamientos costeros más alejados.

La población es instruida en la importancia de conservar las especies de la zona y mantener una armonía con el medio por su impacto en la reducción de vulnerabilidades propias de la zona, como la tala, la  caza ilegal y la pesca furtiva.

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