El 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes cubanos, llenos de ansias de libertad, liderados por el joven abogado Fidel Castro, decidieron atacar el cuartel Moncada de Santiago de Cuba, y el Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo; con el fin de derrocar al dictador Fulgencio Batista.
Como refleja la historia de la época, el cuartel Moncada, era la sede del regimiento número 1 de la Antonio Maceo en la ciudad, y por su importancia, era considerada la segunda fortaleza militar del país, ocupada por unos mil hombres.
Según lo planificado, una vez tomada la fortaleza militar, les sería más fácil a los rebeldes histórico defenderla e iniciar a lucha guerrillera si había que abandonarla. A eso se unía un elemento: en Oriente se habían iniciado las tres guerras independentistas en el siglo pasado que se habían librado en Cuba.
Dueños del Moncada, los revolucionarios tomarían las estaciones de la Policía Nacional, la Policía Marítima y la Marina de Guerra, así como una radioemisora, a fin de darle a conocer al pueblo sus objetivos y llamarlo a incorporarse a la lucha.
Este plan se elaboró en absoluto secreto. Además de Fidel, solamente lo conocían dos compañeros de la dirección del movimiento y su responsable en Santiago de Cuba; sus miembros pertenecían a las clases y sectores humildes de la población: obreros, campesinos, empleados, profesionales modestos, hombres y mujeres muy jóvenes.
Las armas, los uniformes y los recursos necesarios para la lucha se obtuvieron fundamentalmente por la voluntad y el sacrificio personal de los propios combatientes.
Un joven vendió su empleo, otro liquidó los aparatos de su estudio fotográfico, otro empeñó su sueldo de varios meses y fue preciso prohibirle que se deshiciera también de los muebles de su casa; éste vendió su laboratorio de productos farmacéuticos; aquel entregó sus ahorros de más de cinco años, y así se sucedieron los casos de abnegación y generosidad.
Se escogió el 26 de julio para la acción, por ser domingo de carnaval, fiesta a la que tradicionalmente asistían personas de diferentes lugares, por lo cual la presencia de jóvenes de otras provincias no causaría extrañeza.
Materiales de esa etapa lo reflejan así: “Eran la 5:15 a.m. del 26 deJulio de 1953, madrugada calurosa en Santiago de Cuba, ciudad que esedía despertó de una manera diferente. Atrás habían quedado los acordes de la rumba carnavalesca, para ser sustituida por la música inusual de las balas.
”Uno a uno, con exactitud de minutos y segundos previstos de antemano, fueron cayendo los edificios que rodean el campamento. Abel Santamaría, con 21 hombres, había ocupado el Hospital Civil; con él iba el médico Mario Muñóz, Haydee Santamaría y Melba Hernández. Raúl Castro, trataría de tomar el Palacio de Justicia, donde radicaba la Audiencia, desde cuya azotea apoyarían la acción principal.
“En la madrugada, 135 combatientes, vestidos con uniformes del Ejército y dirigidos por Fidel, precisaban el plan de ataque. Se organizaron en tres grupos, el primero de los cuales, con Fidel al frente, atacaría la fortaleza.
“Cuando todos estuvieron listos, se le dio lectura al Manifiesto del Moncada, redactado por el joven poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel. En él se caracteriza el ataque al Moncada como la continuación de la lucha histórica por la plena independencia y la libertad de la Patria, se plasman los principios revolucionarios y los objetivos del movimiento y se hace un llamado a la dignidad y lavergüenza del pueblo cubano. Gómez García leyó sus versos, Ya estamos en combate, y Fidel les dirigió esta brevísima exhortación:
“Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras el movimiento triunfará. Si vencemos mañana, se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante.
El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la isla. ¡Jóvenes del Centenario delApóstol! Como en el 68 y en el 95, aquí en Oriente damos el primergrito de ¡Libertado o muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan. Sin duda alguna es peligroso y todo el que salga conmigo de aquí esta noche debe hacerlo por su absoluta voluntad. Aún están a tiempo para decidirse. De todos modos, algunos tendrán que quedarse por faltade armas. Los que estén determinados a ir, den un paso al frente. La consigna es no matar sino por última necesidad”.
“Alrededor de las 4:00 de la madrugada, comenzaron a salir en los autos hacia Santiago. Los grupos dirigidos por Abel y Raúl cumplieronsu objetivo: la toma del Hospital Civil y la Audiencia.
“El grupo principal, dirigido por Fidel, llegó según lo previsto hasta una de las postas, la No. 3, la desarmó y traspuso la garita. Pero una patrulla de recorrido que llegó inesperadamente, y un sargento que apareció de improviso por una calle lateral, provocaron un tiroteo prematuro que alertó a la tropa y permitió que se movilizara rápidamente el campamento, fallando el factor sorpresa”.
Los asaltantes se hallaban en total desventaja frente a un enemigo superior en armas y en hombres, atrincherado dentro de aquella fortaleza. Otro elemento adverso, fue que los atacantes no pudieron contar con varios automóviles donde iban las mejores armas, pues sus ocupantes se extraviaron antes de llegar al Moncada, no conocían la ciudad.
Fidel, ordenó la retirada, comprendiendo que continuar la lucha enesas condiciones era un suicidio colectivo.
Batista decretó el estado de sitio en Santiago de Cuba y la suspensiónde las garantías constitucionales en todo el territorio nacional, y en relación con los asaltantes del Moncada, ordenó que se asesinara a diez revolucionarios por cada soldado muerto en combate.
Unos pocos combatientes pudieron escapar ayudados por el pueblo, casi todos fueron capturados y gran parte de ellos asesinados en los días sucesivos. Sólo seis asaltantes de los dos cuarteles habían perecido en la lucha, las fuerzas represivas del régimen asesinaron a 55, y a dos personas ajenas a los acontecimientos.
Los asaltantes prisioneros fueron torturados antes de ser ultimados, y después se les presentó como caídos en combate. Más tarde, ante el tribunal que lo juzgaba, Fidel denunciaría el crimen: “No se mató durante un minuto, una hora o un día entero, sino que en una semana completa, los golpes, las torturas, los lanzamientos de azotea y los disparos no cesaron un instante como instrumento de exterminio manejados por artesanos perfectos del crimen. El cuartel Moncada se convirtió en un taller de tortura y muerte, y unos hombres indignos convirtieron el uniforme militar en delantales de carniceros”.
El 26 de Julio de 1953, fue la respuesta de la Generación delCentenario y del pueblo cubano, ante golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952.
Con el triunfo de la Revolución, la otrora fortaleza quedó convertida en el Centro Escolar 26 de Julio el 9 de enero de 1960, un año después del triunfo de la Revolución.