Como un libro nuevo, pero más nítido, más atractivo y vital, se muestran ante nuestros ojos los museos Manuel Sánchez Silveira, del municipio de Campechuela y su homólogo Caballería de Guá, en Media Luna, cuyas áreas expositivas fueron remodeladas en saludo al Día de la Rebeldía Nacional, el 26 de Julio.
Ambas instituciones prestan servicios de visitas libres y dirigidas a salas de exposiciones, sitios históricos y áreas protegidas; conferencias, charlas, asesorías e inscripción a bienes culturales.
El museo Manuel Sánchez Silveira, de Media Luna, debe su nombre a este médico rural, arqueólogo e investigador histórico que además, fue el padre de Celia Sánchez Manduley, participante activa en la Revolución cubana y amiga de Fidel Castro.
Cuentan que el doctor Sánchez Silveira complementaba la educación de sus hijos cuando les hablaba de los próceres, los llevaba a sitios históricos como San Lorenzo, Peralejo y Dos Ríos; les estimulaba a leer La Edad de Oro y los Versos Sencillos de José Martí.
Las diferentes salas, hoy con un nuevo montaje de objetos y mayor información gráfica, transitan por diferentes etapas históricas, entre ellas las comunidades aborígenes, de la cual conservan un majadero tallado por el grupo alfarero y un hacha petaloide- la más grande aseguran que se haya encontrado hasta la actualidad-; además del cañón de un barco del siglo XVII.
Armas, grilletes y piezas del central Isabel, de Media Luna, testimonian los motivos que llevaron a este país a luchar por su independencia el 10 de octubre de 1868.
Desde el punto de vista cultural, el museo conserva también el pentagrama de La vandolera, una pieza de música del órgano; un ejemplar del libro Bajo la tiranía, escrito por Agustín Alarcón y del periódico Todavía, que circuló en este municipio gestor de la cuarta célula de la agrupación comunista en el país.
En Campechuela, el museo Caballería de Guá, que desde 1999 no recibía mantenimiento, abre sus puertas con un nuevo guión museográfico que hace de la institución un lugar más sugerente para el público.
Cuenta con siete salas de exposición permanentes mediante las cuales reseña la cultura aborigen, las guerras de liberación nacional, el Movimiento 26 de Julio, la Revolución en el poder, y otras.
Atesora entre sus piezas objetos patrimoniales de la primera banda musical de Campechuela, el trofeo entregado por el máximo líder de la Revolución cubana al central Francisco Castro Ceruto por alcanzar el primer lugar en la zafra del pueblo en 1961; una de las lámparas utilizadas durante la Campaña de Alfabetización, publicaciones de escritores oriundos de ese territorio, el proyector ruso empleado hasta 2002 en el cine Duaba, y objetos pertenecientes a Horacio Olivera, precursor de la música de órgano en Campechuela.
Sirvan pues, estos sitios remozados para atizar el estudio por la historia local, que es en definitiva, desde donde se consolida el amor por la Patria.