Manzanillo.- Hace poco más de un año, la noticia de que Manzanillo dispondría de un área de ferias colmó de expectación y júbilo al pueblo de la ciudad del Golfo de Guacanayabo.
A la vuelta de ese período, la materialización del hecho es solo cuestión de “coser y cantar”, porque si bien el escenario está un poco alejado del centro de la ciudad, ocupa un envidiable lugar a la sombra y de constante brisa marina.
“El Bosque” manzanillero, en alusión a los árboles que rodean el recinto al fondo de la Plaza de la Revolución Celia Sánchez Manduley, renacerá esplendoroso con 32 kioscos para la venta de alimentos, variados servicios gastronómicos, pasillos de losas hexagonales, más de 60 bancos coloniales, pérgolas y tarima, entre otras atracciones.
Las pretensiones van más allá porque un proyecto de especialistas locales idea transformarlo en un gran complejo, que abarque hasta las áreas cercanas al Hotel Guacanayabo.
Todo es plausible, pero ¿hasta dónde los manzanilleros sabrán aprovechar y cuidar las bondades de un recinto ferial en su territorio?, ¿qué repercusión tendrá en el entorno?, ¿qué estrategia se asumirá para captar la atención de visitantes cubanos y extranjeros en un municipio necesitado de crecer en el ámbito turístico?
La ubicación geográfica privilegia a “El bosque”: muy cerca del mar, atractivo esencial de la ciudad del Golfo.
Manzanillo cuenta con industrias únicas en Cuba entre ellas, la Fábrica de Acumuladores, y otras como Aluminios Mecánicos, Medios de Enseñanza, Calzado, la Pesca, Bebidas y refrescos y Conservas, colectivos que pudiesen llegar con sus productos a la instalación y promover exposiciones, intercambios entre empresarios y muchas más propuestas que involucren a especialistas nacionales y extranjeros.
Hoy son miles los manzanilleros y manzanilleras que acuden allí cuando acontece una feria dominical para la venta de productos agropecuarios, pero ojo, se requiere más orden, disciplina y mejor organización de comerciantes y compradores.
Esa será la única manera de que El Bosque, de Manzanillo se mantenga reluciente, mientras a otros corresponda la misión de promover opciones más atrayentes y provechosas.