Una reparación constructiva de gran envergadura, se ejecuta desde el año anterior en el Monumento Nacional Las Coloradas, en Niquero, con motivo del arribo, este 2 de diciembre, al aniversario 60 del desembarco por ese lugar del yate Granma.

Diosmani Echeverría Torres, director de la instalación, refiere que las acciones más importantes consisten  en la reparación de la pasarela de mil 369 metros de longitud, conducente al punto en el que se detuvo la histórica embarcación y los 82 expedicionarios, con Fidel Castro al frente, iniciaron una agotadora marcha hacia tierra firme, por aguas fangosas y una tupida maraña de mangle y cortadera, planta que hace honor a ese nombre por ser sus largas y finas hojas cortantes como afiladas cuchillas. 

En una primera etapa, expone Diosmani,  fue restaurada por Obras Marítimas, de La Habana, la plataforma de 12 metros de largo por nueve de ancho construida donde se detuvo el yate, y 44 metros del pasillo que estaban bajo del agua.

La segunda fase, prosigue Echeverría Torres,  consiste en la reparación de unos 374 metros de pasillo, encargada a personal de la Empresa Constructora de Obras de Arquitectura e Industriales número cuatro (Ecoai-4), de la provincia de Granma.

“Es una tarea difícil, porque el sendero forma parte del contexto geográfico del Parque Nacional Desembarco del Granma, por lo que existe una serie de requisitos y limitaciones, para contribuir a conservar la flora y la fauna existentes en el lugar, no degradar el ecosistema”, subraya Echeverría Torres.

Juan Francisco Cabrera, especialista de sitios históricos del municipio de Niquero, añade al respecto: “y es sitio natural Patrimonio de la Humanidad y Sitio Histórico, con 331 hectáreas de mangle”

Ahora los constructores cuentan para esos menesteres con una mini moto volqueta, cuyo operador se las arregla para adentrarse en la pasarela de frente y retornar de marcha atrás, pues no puede girar por ser de solo 1,50 metros la anchura del pasillo.

El ronronear de una concretera con motor alimentado con fuel oíl, rompe la quietud del manglar afincado  en el fango con fuertes raíces que semejan dedos.

“El trabajo aquí es engorroso. Es en la ciénaga. Consiste en demolición de las partes del pasillo deterioradas, encofrar, encabillar y homigonar, y todo eso ha sido a vagón, porque la moto volqueta no había llegado”, dice Raúl Díaz García, jefe técnico a pie de obra.

Radamés Acuña Núñez, ayudante de albañil, estaba literalmente bañado en sudor al visitar La Demajagua, casi al mediodía del 26 de noviembre,  el lugar del sendero en el que abastecía de arena, grava y cemento, con un cubo, la concretera.

“Estamos –declaró- haciendo el máximo esfuerzo para entregar esto antes del 2 de diciembre, con limpieza y todo. Llegamos a las 7.00 de la mañana y a veces nos vamos a las 6.00 de la tarde. Al oscurecer  hay algunos bichitos que molestan, pero pa´lante”.

Cuando este 2 de diciembre asistentes al acto por el aniversario 60 del desembarco del Granma, transiten hasta el punto donde desembarcaron Fidel y sus compañeros, lo harán por un sendero abonado  con sudor y entrega de constructores vencedores de lodo, mosquitos y jejenes.

Otras acciones constructivas incluyeron remodelar la cafetería del complejo monumentario, hacerle una nueva meseta, cambio de la red  hidrosanitaria, conectar agua a los baños públicos, pintar pisos y reparar el sistema eléctrico.

Sobresale la restauración en los astilleros Astigolf, de Manzanillo, de la maqueta del Granma, al cual los artistas artesanos Luis Godual Martín, Melquiades José Naranjo, Carlos Luis Rosabal Rivero y Néstor Fernández Domínguez, del Fondo de Bienes Culturales, dieron los toques finales para que estuviera hermoso.

La Empresa Flora y Fauna, por su parte,  remozó la casa de Ángel Pérez Rosabal, primer campesino colaborador de los expedicionarios.

La vivienda está compuesta por paredes de yagua y techo de guano, elementos ambos de palma real, y en ella se exponen fotos de hombres del campo que ayudaron al Comandante en Jefe y sus acompañantes;  también, objetos etnológicos exponentes de las costumbres y tradiciones del campesinado cubano antes del triunfo de la revolución.

Las instalaciones del Monumento Las Coloradas fueron remozadas y embellecidas,  porque desde hace seis décadas, es la Portada de la Libertad de Cuba.