Agosto es decisivo en el cumplimiento del plan anual y en el aporte adicional del programa cañero-azucarero en la provincia de Granma.

De los buenos resultados de la siembra dependen los crecimientos en la producción de la materia prima para las próximas cosechas.

La provincia alcanzó, al cierre de julio, solo el 93 por ciento de las seis mil 609.7 hectáreas previstas, las que primero padecieron de falta de semilla, asunto resuelto con volúmenes generados en el territorio para beneficio de las unidades empresariales de base de atención a productores (UEB) Bartolomé Masó y Grito de Yara.

Precisamente son estas dos últimas UEB las que marcaron los mayores incumplimientos de sus respectivos compromisos, las cuales deben contribuir a levantar el ritmo diario de plantación para que la Empresa Azucarera logre las mil 600 hectáreas cubiertas de caña en el actual mes.

Un trabajo arduo corresponde a los cooperativistas de las UBPC Carlos Manuel de Céspedes, de Bartolomé Masó, y La Jagua, CPA VII Congreso, CCS Vicente Pérez, Rubén Martínez Villena, todas de Yara, y Narcizo Rodríguez, de Manzanillo.

Similar esfuerzo tienen que hacer en el período las UBPC riocautenses Los Guayitos, Tamara Bunke y La Gloria; CPA Camilo Cienfuegos, Cuba-México y Boris Luis Santa Coloma; y la CCS Donato Mármol para dejar atrás las insuficiencias en la tarea.

No obstante, por el excelente desempeño de unidades cañeras de Niquero, Campechuela y Bayamo, el propósito es  obtener la meta del año al concluir la primera quincena de septiembre, a lo que pudiera sumarse, después, Grito de Yara y Bartolomé Masó.

Las acciones con prioridad están dirigidas a concentrar los recursos humanos y materiales en la preparación de tierra para disponer de todas las áreas surcadas y   resarcir los atrasos en esta actividad.

Asimismo, acelerar la limpia integral de las más de 175 mil hectáreas de caña, aplicándole el cultivo de desyerbe, herbicidas y de fitomás-e (bioestimulante) buscando incrementar los rendimientos agrícolas con una adecuada atención cultural y las favorables  precipitaciones de esta época.

Igualmente se impone un mayor rigor en la resiembra, en la que destaca la UEB Enidio Díaz Machado y en el cuidado de los retoños, junto a la efectiva fiscalización de los cañaverales, bloque a bloque, lo que garantizaría acertados estimados de la gramínea.

Así los agrocañeros tienen el reto de cumplir con las siembras de las ocho mil 528 hectáreas en el noveno mes del año y asegurar otras mil en la campaña de frío, al calor de la convocatoria de Granma Triunfa.