La medicina y la historia eran las dos grandes pasiones del bayamés Javier Andrés Vega Leyva, pero al llegar el momento crucial de elegir entre las dos, optó por la segunda y selló un romance que se consolida y prolonga en el tiempo.
En su decisión influyó un encuentro sostenido, cuando era dirigente nacional de la Federación de Estudiantes Enseñanza Media (FEEM), con el historiador y profesor Horacio Díaz Pendás, quien acrecentó con la impartición de una conferencia el amor por el magisterio y la historia.
A su decisión final también contribuyó su desempeño como monitor de la asignatura y el ejemplo de su madre, licenciada en la referida materia.
Para materializar su sueño marchó hacia la Universidad de Ciencias Pedagógicas Frank País García de Santiago de Cuba, porque en ese año no abrió la carrera en Granma. Allí fue formado por un excelente claustro, quienes contribuyeron a su desarrollo personal y a una culminación de estudios exitosa.
A escasos días de haber defendido con la tradicional guayabera su tesis en opción al título de licenciado en Historia, Marxismo y Leninismo -que lo convierte en el único granmense graduado en esa especialidad en el curso 2015-2016- conversamos sobre su gran pasión y las aspiraciones en el ámbito pedagógico.
“De las diferentes historias mi preferida es la de Cuba y en segundo lugar la de América. En el caso de la primera disfruto mucho el período colonial y lo relacionado con mi localidad.
“Con respecto a las figuras las que más admiración despiertan en mi son Carlos Manuel de Céspedes, por ser bayamés e iniciador de las luchas por la independencia, Julio Antonio Mella, por ser líder estudiantil, fundador del Partido Comunista de Cuba y promotor de las luchas de los años 20, y Ernesto Guevara de la Serna, por sus valores, sabiduría, internacionalismo y carisma popular.
“Por mi afinidad con el período colonial desarrollé una tesis titulada Sistema de actividades para potenciar el conocimiento histórico-local del período 1868-1898, en los estudiantes de onceno grado del Instituto Preuniversitario Urbano Francisco Vicente Aguilera de Bayamo.
“Las tesis nuestras son de corte pedagógico porque analizamos el proceso de enseñanza-aprendizaje. En la mía propongo visitas a los museos y sitios históricos, intercambios con historiadores y proyección de materiales audiovisuales, de manera que se refuercen valores, actitudes y sentimientos.
“Bayamo es una ciudad propiciadora de conocimiento por sus sitios históricos y personalidades. No es solamente impartir el contenido, sino llevar a los estudiantes a los lugares donde ellos puedan vivir y palpar de cerca ese pasado glorioso.
“En la impartición de la historia deben buscarse nuevas herramientas, porque a pesar de recibirla desde edades tempranas hay estudiantes que les cuesta trabajo dominarla.
“Para mi es un problema de método y de cómo enseñarla mejor. No se debe escoger el método reproductivo, porque cuando se olvida una palabra todo se viene abajo. Tiene que ser una instrucción desarrolladora, en la cual se aprovechen todas las potencialidades de la relación profesor-alumno.
“Si el formador no vive sus clases y no hace a los estudiantes partícipes de esos hechos, procesos y figuras, logrará muy poco o prácticamente nada”.
Para Vega Leyva es importante utilizar los diferentes medios de enseñanza y formar ideales, actitudes y valores que provengan del ejemplo de nuestros héroes.
Según sus palabras la asignatura debe despertar el interés, la creatividad y el amor hacia el estudio en profundidad, hacia el conocimiento de la vida y obra de los patriotas. En la actualidad es necesario optar por otras fuentes de conocimiento además del maestro.
Interrogado sobre su futuro desempeño pedagógico expresó: “Aunque aún no conozco mi ubicación, quisiera en alguna etapa de mi profesión trabajar en el nivel superior y alcanzar grados científicos. Pero por el momento quiero concentrarme en mi superación y preparación, y en las responsabilidades derivadas de mi reciente elección como miembro de la Unión de Historiadores de Cuba.
“Mi principal prioridad es enseñar porque quiero narrarles y contarles historias a mis alumnos. Deseo despertar en ellos admiración por personalidades como Fidel, que para suerte nuestra aún está entre nosotros y es una leyenda viva, de la cual todavía podemos nutrirnos.
“Si logro que mis alumnos se enamoren de su ciudad, y sientan orgullo por celebrar en su tierra el día de la cultura cubana, el incendio de Bayamo y otros sucesos trascendentales, me sentiré muy complacido y a la altura del ejemplo de mis padres y de los mentores que me han formado desde pequeño, de quienes sin duda soy un deudor y fiel seguidor”.