Romper la dependencia (+fotos, audios y video)

El Centro de estudios de producción animal (Cepa) de la Universidad de Granma potenció durante 2020 los estudios vinculados a la producción de piensos alterativos para sustituir los importados.
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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 18 marzo, 2021 |
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FOTOS/Anaisis Hidalgo Rodríguez

La producción de alimento animal en Cuba, está signada, entre la contracción económica que vive el mundo a causa de la Covid-19, y el bloqueo estadounidense, a sumar soluciones en aras de restar las costosas importaciones de piensos.

Afortunadamente, Granma es una de las provincias que ha cosechado durante años con el ingenio de sus investigadores, importantes estudios en el campo de la alimentación animal, dentro del cual el Cepa destaca por la obtención de novedosos resultados científicos, transferencias de tecnologías y asesorías en el manejo y alimentación animal.

El gremio de investigadores, conscientes de que la solución a esta problemática no está en el barco, y en aras de romper esta costosa dependencia, sacó partido a la etapa de confinamiento durante el 2020 y estrechó vínculos con el sistema empresarial en diferentes áreas; hermanamientos que hoy se traducen en variantes de alimento animal con similar calidad al importado.

El doctor en Ciencias Oscar Romero Cruz, investigador de este centro, explica a La Demajagua que uno de los resultados toma como epicentro la Empresa de Conservas de Yara, donde se procesa un volumen importante de esta materia prima, “como mínimo 50 toneladas y hasta cien en un día, generando una gran acumulación de residuales que históricamente contaminan el medio ambiente, sin embargo, son una fuente valiosa de alimento animal”, expone Romero Cruz.

“Se acometió un grupo de trabajos para convertir los desechos, entre ellos el mango en mal estado, la semilla y la cáscara, en suministro animal. De esta forma se generó una pasta que posteriormente se ensiló utilizando sales y microrganismos.

“Por métodos biológicos se logró hacer un producto de calidad y que en su composición es similar al maíz.

FOTO/LORIANNE URIZARRI CHÁVEZ

“Explotar el potencial de esta fábrica, puede redundar en un volumen de carne importante para el territorio. Esta sería la parte energética del alimento, tenemos muy cerca de Yara, en Manzanillo, la Empresa Pesquera Industrial de Granma, que origina  desechos de pescado, una fuente importante de proteína.

“Si combinamos más o menos un 30 por ciento de esta pasta con un 30 de pescado, se puede sustituir perfectamente la importación de alimento animal.

Doctor en Ciencias oscar Romero Cruz muestra ensilaje de mango con seis meses de conservación./FOTO. Anaisis Hidalgo Rodríguez

“Hoy estamos haciendo dos tesis  doctorales sobre esta temática, y se escribió un proyecto de investigación, con estos promisorios resultados”, comenta el prestigioso investigador, galardonado recientemente con la Distinción Juan Tomás Roig, que se otorga a quienes durante 20 y 25 años se han dedicado a la labor científico investigativa con alto impacto en la vida económica y social del territorio.

Otro de los resultados de esta imbricación con el sector empresarial y este centro científico, está asociado con la producción de piensos alternativos para suplir los importados a raíz el vínculo con Tecnoazúcar, específicamente con la  fábrica de piensos.

“Aquí utilizan históricamente un grupo importante de sub productos regionales para suplantar el maíz en sus piensos y han elaborado un ensilaje biológico de pescado, o de pescado con algunas fuentes de  carbohidratos.

“Nuestro papel ha sido reformular muchos de estos alimentos con el objetivo de mejorar su calidad, lográndose interesantes combinaciones, con resultados muy similares a los piensos importados y que está en correspondencia con el modelo que quiere el país para la producción de alimentos alternativos”, acotó Romero Cruz.

Un tercer resultado digno de ser mencionado por el Cepa, está asociado a las plantas proteicas.

Si bien los alimentos tradicionales, a partir del maíz y de la soya, hacen que los animales crezcan rápidamente, lo cierto es que también las plantas proteicas como la Moringa, la Morera, la Tithonia y la Jatrofa, poseen un alto valor nutricional en sus follajes que favorecen la alimentación ganadera y porcina.

Un reciente estudio en el centro del país validó el uso de la moringa en la elaboración de pienso animal.

En 2011 Fidel Castro concibió el programa de plantas proteicas cubanas: uno dedicado a la moringa como suplemento nutricional humano; otro dirigido a la producción de semilla agámica y botánica de las plantas proteicas; un tercero orientado a la producción de pasto y forraje para la alimentación animal; y otro para obtener pienso a base de plantas proteicas para animales monogástricos y poligástricos.

“Hoy en Granma se trabaja con variedades que se adapten bien a las condiciones edafoclimáticas de Cuba. Ya hay una selección de un grupo de especies y de variedades que funcionan muy bien y con las cuales se interactúa en varias empresas ganaderas para incrementar la producción de leche y carne”, añadió Romero Cruz.

Desde Granma y con el acompañamiento de la ciencia, se dan pasos para lograr nuestra soberanía alimentaria; alcanzar la meta, depende en buena medida de cuánto garanticemos la producción de alimento animal sin recurrir a las importaciones.

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