Betsy Díaz Velázquez, dijo sentirse satisfecha con el trabajo del sector en Granma, sin desconocer señalamientos oportunos y necesarios en bodegas, restaurantes, mercados ideales y comunitarios, así como tiendas comisionistas de ventas a plazos en aras de perfeccionar y diversificar el sector de acuerdo a los Lineamientos trazados en la política economía y social del país.
En las bodegas La Agricultora, ubicada en El Horno Centro, de Bayamo, así como en sus homólogas del plan turquino en Victorino y Corralillo Arriba, como El raudal, La única y La Unión, insistió en la necesidad de concretar las 63 medidas de la Agricultura a cada pedacito y fomentar el encadenamiento con el sector ganadero con el fin de asegurar el suministro de leche fresca a niños de cero a siete años, y a personas diabéticas, esta última deficitaria en el país por el encarecimiento de las importaciones de leche en polvo.
Por otro lado llamó a mejorar la techumbre y condiciones de algunas bodegas con el concurso del grupo empresarial en Granma y de los consejos populares, así como a explotar las oportunidades que se otorgan a estas instalaciones de realizar ventas de productos liberados, del mercado industrial, comisionista, la canasta básica y por la Resolución 99 como nuevas formas de gestión.
“Amparados en la Resolución 34 del Ministerio del Comercio, las bodegas pueden ejercer su función como unidades empresariales de bases, un proceso que les confiere mayor autonomía financiera y para el cual deben preparase”, expresó Díaz Velázquez.
Desde las serranías se reclamó una presencia estable de productos de aseo y útiles del hogar que de existir evitarían los traslados innecesarios hacia la ciudad y la presencia en algunas de estas unidades, de equipos de refrigeración para conservar productos cárnicos y otros por autogestión como cerdos y ovejos para la venta al pueblo.
TOCAR LOS PROBLEMAS CON LAS MANOS
Comunicativa y abierta al diálogo con las masas, desde el respeto, la ecuanimidad, la explicación oportuna, unas asimilando críticas constructivas o en otras exigiendo más desde nuestro actuar, la Ministra de Comercio interior Betsy Díaz Velázquez se interesó en toda entidad por las inquietudes y preocupaciones del pueblo, algunas de las cuales fueron esclarecidas al momento, y otras llevadas a punta de lápiz para futuros análisis del sector en la provincia.
Los montañeses abogaron por una mayor oferta de productos de la industria alimentaria, panes, dulces, por una distribución de productos que al menos satisfaga a un consejo popular sin interrupciones, sobre todo en renglones tan necesarios como el desodorante, pues qué resolvería en una bodega de 308 consumidores con distribuir 43 pomos de desodorante, ello lejos de resolver un problema incentiva la inconformidad, máxime cuando es un producto de uso personal y diario que todos demandan en sus casas.
Otras inconformidades estuvieron relacionadas con la distribución de sal, cigarros, la permisibilidad de la venta fragmentada del cloro procedente en envases de cinco litros a partir de que no todos, en ocasiones, poseen el dinero para adquirir los cinco litros; sino uno, dos litros.
Fue generalizada la inconformidad con los precios de la carne de cerdo, renglón que en el país ha tocado fondo y ante el cual la Ministra de Comercio Interior llamó a evaluar cuánto se puede hacer desde los gobiernos locales y desde nuestra casa para incentivar la crianza de cerdos, ovejos, gallinas, que tanto se han deprimido en el campo.
Hoy, refería la Ministra, es más común que el campesino cuestione el precio de la carne de cerdo en el mercado, la tardanza de la leche para diabéticos, el pollo importado, o el huevo de la canasta básica, cuando por lógica, debiera reproducirlos en su parcela.
Los altos precios de algunos productos adquiridos por las bodegas en convenios con trabajadores por cuenta propia y su correspondencia con la calidad, fue un reclamo generalizado cuya solución, a decir de Díaz Velázquez, dependerá de la existencia de más productos, mayor competitividad, y una negociación de los precios, que no sea comprar por comprar.
Durante recorrido por el Complejo gastronómico Victorino, que tiene comedor comunitario y unidad de gastronomía; por el Sistema de atención a la familia en Corralillo Arriba que abarca cafetería y restaurante; el mercado ideal de Guisa, el complejo gastronómico Las Maravillas, y el Mirador, fue periódico el reclamo por la estabilidad en las ofertas, la calidad en el servicio, la búsqueda incesante por generar nuevas iniciativas y formas de distribuir utilidades, el aprovechamiento de los locales, el fomento de canteros para generar especias, viandas y crianzas de animales en esas unidades que permitan reducir gastos, y generar ingresos al trabajador, la capacitación continua de los trabajadores y el desempeño con ética en su sector.
RETOS
A decir de la Ministra de Comercio Interior, en este camino hacia el perfeccionamiento, el sector tiene cuatro grandes retos: la transformación del capital humano, que se basa en elevar la competencia de sus trabajadores a partir de la preparación y la superación como ente esencial de las transformaciones y que se revierte en la calidad del servicio, la ética, el comportamiento.
“La autogestión del bodeguero en este sentido es decisiva, así como de las cafeterías, que no deben esperar que los productos les llegue por la “canalita”, o por el balance aún cuando lo hubiera, y al cual no debieran estar ceñidos. Hoy a partir de la autogestión las bodegas están llamadas a convertirse en el centro del comercio más importante de la comunidad.
“Pueden hacer gastronomía, incorporar productos por autogestión; una bodega mixta puede vender productos de casas comisionistas y viabilizar la venta a aquellas personas con mercancías a disposición de los demás”, explicó Díaz Velázquez.
Otra gran tarea a enfrentar por el sector es el saneamiento financiero a partir de que es un sector muy comprometido con las cuentas por cobrar, en el que se suceden indisciplinas, ilegalidades, se vendían productos que acarreaban pérdidas.
“Esa autonomía debe tener control y transparencia en las operaciones, por eso también insistimos en los pagos electrónicos, que se le pague a los proveedores, dígase productores, formas productivas, empresa estatal, y que eliminemos las cadenas de impagos para que ello se revierta en incentivo y utilidad para los trabajadores.
“Tenemos que elevar la cultura económica de nuestros trabajadores y que siempre el costo beneficio sea dar servicio, y no que el producto tenga otros fines que no sea para el que se adquirió.
“Ahí entra la autogestión para reducir los precios tan elevados, cuando nos distinguíamos al menos en Granma, por precios tan nobles. Hoy tenemos que elevar esa capacidad negociadora, no solo es comprar por comprar pensando también como consumidor.
“Fueron muchos años amarrados, sin autonomía ni flexibilidad, con productos del balance, por tanto estos cambios demandan de mucha participación, exigencia, constancia y capacitación”, apuntó Betsy Velázquez.
Como parte de este perfeccionamiento el sector se reordena, lo cual implica integrar bodegas, recuperar entidades de la gastronomía y cambiar su gestión. Hoy el Decreto 28 de la gastronomía habla de un modelo de gestión que le otorga total autonomía, ellos pueden comprar productos, cambiar los precios, ajustar su plantilla según los ingresos y los gastos, actualizar los expedientes de servicios, que implica cambiar los platos…y por supuesto la empresa no pierde su relación con esa unidad, porque desde el punto de vista estatal tiene que controlar la ética, mantener una observancia de las plantillas, así que no hay un desprendimiento total.
“Hoy hay bodegas que también por la cantidad de consumidores se pudieran integrar, esto va a aparejado a un cambio de imagen y tenemos el reto de la preparación de los municipios, por ser estos los ejes fundamentales desde donde se gesta el desarrollo económico de cada localidad, para ello iniciamos hoy un curso en todo el país en las Escuelas del Partido actualizando a los directores municipales para que puedan enfrentar este papel.
“Finalmente tenemos la modernización de los mercados de artículos industriales, desde el Sexto Congreso del Partido se ratificó que la venta de mercancía en el comercio seria estatal, estamos hablando de la bodega, el Mae, el mercado ideal, las tiendas de materiales de la construcción, por tanto, hoy no hay opción de que esa red pase a formas no estatales de gestión, a otros actores, pero tenemos que reanimarlo, y ahí está entonces la casa comisionista, las ventas a plazos, una opción que hoy recibe productos de trabajadores por cuenta propia y el fondo cubano de bienes culturales, y al cual se pude incorporar la industria estatal”, precisó Betsy Velázquez.
Su llamado fue a seguir trabajando los precios, los plazos y que esa sea una vía para que la población pueda renovar y mejorar bienes duraderos.
“No estamos detenidos ni el perfeccionamiento es lo que ya diseñamos. El perfeccionamiento es seguir cambiando todo lo que deba ser cambiado todos los días, sobre la red que tenemos y de cara a la modernización. Trabajar más el comercio en la comunidad, trabajar con el mensajero, atender más a los vulnerables, en fin los retos son muchísimos.
“Apreciamos que en Granma se está trabajando con mucho compromiso en el programa de bodegas, la gastronomía con el modelo del decreto 28 muestran resultados satisfactorios y lo que revisemos y diseñemos debe seguir apostando hacia ese mejoramiento.”
“El perfeccionamiento estará bien en una provincia cuando el pueblo sienta satisfacción y por los estados de opinión, sepamos que está agradecido de lo que está haciendo el Comercio”, concluyó.