Los azucareros granmenses enfrentan con colosal esfuerzo las dificultades provocadas por el genocida bloqueo estadounidense contra Cuba y tienen el reto de sacarle el máximo de eficiencia a la zafra 2019-2020.

Impacta negativamente las limitaciones de los recursos materiales con solo el 48 por ciento del combustible, recibido desde enero, y que provocara la paralización temporal de los centrales Bartolomé Masó y Roberto Ramírez.

La Empresa Granma mantiene en activo al Enidio Díaz, por el nivel de eficiencia en su desempeño, y el Arquimídes Colina porque asegura las producciones de crudo y refino con destino a la canasta básica familiar de varias provincias del Oriente cubano.

Leticia Marrero Fernández, directora de operaciones de la cosecha agroindustrial, informó que el plan de producción está al 60 por ciento con una deuda de más de 18 mil toneladas de azúcar y un rendimiento fabril favorable, de acuerdo a lo planificado.

Señaló que en los dos ingenios que no muelen se identifican los problemas que registraron, desde la arrancada, para erradicarlos con trabajos específicos   como en la perdida en bagazo, miel final y cachaza para que alcance superior eficiencia en el proceso, de mejorar la situación energética del país.

Marrero Fernández dijo que se adoptaron medidas de control en la generación y consumo de energía eléctrica y el suministro de caña fresca de cepas priorizadas para impedir que se queden sin moler gramíneas disponibles.

“Se lleva al detalle el uso del combustible, en el tiro por ferrocarril y camiones de alto porte, en la actividad de las combinadas Case y refuerza el corte e incluso el alza manual”, puntualizó.

El cuidado de los cañaverales, la disciplina y empleo de manera óptima de los recursos debe distinguir, en momento crucial, el espíritu de resistencia y creador de los trabajadores del sector frente al brutal cerco económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos.