El 11 de julio de 1792 una real orden del Rey de España confirió a Manzanillo el título de villa y a partir de entonces comenzó a cimentarse un sueño bañado por las aguas del Guacanayabo.
Poco a poco, la ciudad fue creciendo guiada por el ímpetu y espíritu emprendedor de sus hombres y mujeres que hoy la hacen trascender de la mano de la Glorieta, la liseta, el Ron Pinilla, los carnavales, el órgano oriental y la Original.
Manzanillo es eso y mucho más: historia que enorgullece y presente que convida; Revolución naciente y fortalecida; héroes y mártires sembrados con cariño y admiración en el pueblo, por cuyas venas corren cultura y tradiciones que se extrañan cuando se está lejos.
Para José Enrique Remón Domínguez, presidente del Gobierno en el territorio, los manzanilleros y las manzanilleras son personas de sentimientos profundos.
“De inquietudes, pero al mismo tiempo prestos a darle solución. Personas con un alto grado de valentía, de compromiso, de elevado sentido de pertenencia con su ciudad y su país.
“Las nuevas victorias constituyen acicate para seguir haciendo más y mejor. La distinción de vanguardia en la emulación por el 26 de julio es un punto de partida para renovados empeños y así lo comprendemos todos.”
Graciela Milán Matos asegura que la ciudad del Golfo es para ella lo más grande: “porque fue donde nací, compartir el esfuerzo cotidiano con mis coterráneos es muy gratificante, más en este momento por la emoción que implica el 26 de Julio.”
Muchos, como el abogado José Luis Inser asegura que esta urbe es grande para la historia. “Pueblo agradable y fundador. Eso tenemos que cuidarlo siempre.”
“Nosotros los manzanilleros nos sentimos satisfechos y orgullosos de tener una ciudad tan bella y constatar el interés que existe por devolverle su esplendor.”
Vladimir Rodríguez Zambrano, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en este costero municipio de Granma manifiesta que hay que imaginarse a Manzanillo mucho más bonito.
“Los resultados son fruto del esfuerzo individual y colectivo, tiene que primar el sentido de aportar y transformar.”
“Yo veo a la localidad avanzando, poco a poco, lo que no se puede es retroceder y que nos regale un amanecer más bonito cada día, que sí es posible”, aseguró el dirigente político.
Los manzanilleros y las manzanilleras soplan hoy 224 velas por su ciudad de amores y trabajo. Existen imperfecciones, pero en día de festejos es digno contemplar las lucen que alumbran y delinean el horizonte.
Brindemos juntos por un futuro próspero. ¡Salud, mi Manzanillo!
Bella mi ciudad natal, felicidades por sus 224 años.