Bogotá.-El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, manifestó hoy su optimismo por el pacto con las insurgentes FARC-EP en torno al cese el fuego bilateral, la dejación de armas, condiciones de seguridad y combate contra grupos criminales.

Mañana será un gran día, trabajaremos por una Colombia en paz, un sueño que comienza a ser realidad, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.

En un comunicado conjunto, voceros gubernamentales y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), informaron a la opinión pública que consiguieron un acuerdo para silenciar los fusiles y comenzar el proceso de dejación de armas o desarme de los guerrilleros.

Según el documento divulgado en La Habana, las dos delegaciones conciliaron posiciones, además, en torno a las condiciones de seguridad para los ahora combatientes durante la venidera etapa de desmovilización y reintegración a la vida civil, y acerca del enfrentamiento a grupos criminales, incluidos sucesores del paramilitarismo -a los que responsabilizan aquí con amenazas y agresiones contra defensores de derechos humanos.

Mañana en Cuba, sede de las pláticas entre ambas partes desde 2012, serán explicados en detalle los consensos, con la presencia del mandatario, de varios de sus homólogos latinoamericanos y personalidades como el secretario general de Naciones Unidas (ONU) Ban Ki-moon.

Ese organismo multilateral será el encargado de financiar y coordinar la supervisión del cese el fuego bilateral y la dejación de armas, con la colaboración de observadores latinoamericanos y caribeños.

Luego de finalizar las discusiones sobre esos asuntos y los demás aspectos mencionados en la declaración conjunta, hasta hace poco nudos gordianos de las pláticas, resta cerrar subpuntos pendientes y dilucidar lo relacionado con la implementación, verificación y refrendación de lo consensuado, últimos temas de la agenda.
La guerra interna ha dejado unos 300 mil muertos y más de seis millones de desplazados de sus lugares de origen.

Con anterioridad el Ejecutivo y las FARC-EP apostaron al 23 de marzo para firmar la paz, pero debido a la complejidad de las cuestiones por analizar decidieron prolongar los ciclos de debates, que a juzgar por sus progresos podrían terminar en fecha próxima.