El reconocido bayamés Saturnino Segundo Bruquetas Rosabal, fue despedido esta mañana de domingo en la capital granmense, por una representación del pueblo, que lo recordará por siempre, como el hombre decente y leal, que sembró sus vidas de alegría.
Así lo definió el doctor Juan Ramírez Martínez, presidente de la lilial provincial de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba, al pronunciar las palabras de despedida de este veguitero de cuba, quien falleciera el sábado, dejando como legado un nutrido aporte a la cultura cubana.
Ramírez Martínez, reseñó su engrosada hoja de servicios en el ámbito cultural, en el que se destacó como excelente programador cultural, director de espectáculos sin igual en el país, y promotor cultural sin comparación alguna.
Vladimir Rodríguez Zambrano, Jefe del Departamento Político-Ideológico del Comité Provincial del Partido en Granma, se unió a la despedida, en la cual se recordó que, testifican la obra de Saturno, como todos conocieron a Saturnino, las múltiples medallas y reconocimientos que les fueran otorgados, entre estos la medalla Raúl Gómez García, la distinción de Hijo Ilustre de Bayamo, el Premio Bayamo que entre la UNEAC, y otros muchos por su contribución al desarrollo cultural de la nación y especialmente por su aporte a la creación de la cultura cubana.
Ramírez Martínez recordó sus inicios en el arte y la creación cultural, su impronta como fundador de nuestro sistema de cultura desde su posición creativa, su designación para atender el desarrollo de las fiestas carnavalescas en el oriente de Cuba, desde Baracoa hasta Puerto Padre, y su prestigio y talente, que lo llevaron a concebir, a petición del Comandante de la Revolución Juan Almeida, un espectáculo en defensa de la música cubana, el que titulado Quiero ir a Santiago, se nutrió de las obras del poeta Federico García Lorca.
Saturno fue, también, promotor nacional de la fundación de orquestas charanga, fundador de la Empresa de Festejos de Granma, y luego de jubilado, siguió aportando ideas, al tiempo de desempeñarse como representante de Cándido Fabré y su banda, reconocido músico manzanillero, presente en la despedida del maestro y amigo, y a quien definió a propósito de su deceso, como un libro abierto a donde todos tienen que ir a beber de sus páginas, para seguir haciendo una cultura auténticamente cubana.