Como uno de los mejores municipios de la suroriental provincia cubana de Granma en la aplicación del programa de Heberprot-p figura el montañoso territorio de Buey Arriba, donde desde hace dos años no se producen amputaciones de miembros inferiores en pacientes diabéticos.

Tal logro se debe a la acertada estrategia e integración del personal de salud en el municipio, que incluye inmediatamente en el programa de aplicación del fármaco en el policlínico Faustino Pérez al paciente que lo requiera, además del trabajo diagnóstico realizado en los 26 consultorios de montaña.

Un total de 709 pacientes diagnosticados con Diabetes mellitus existen en Buey Arriba, y alrededor del seis por ciento de esa cifra tiene predisposición a padecer úlceras de pie diabético, dados los factores de riesgo propios de esa geografía.

En esa zona de Granma una gran parte de la población se dedica a labores agrícolas, exponiéndose cotidianamente a pinchazos en los pies, largas caminatas por caminos intrincados y varios pasos de ríos que condicionan la humedad en esa parte del cuerpo, por tal razón se realizan pesquisas para detectar a tiempo las lesiones ulcerosas y evitar que el paciente llegue a una amputación de miembro inferior.

Más de dos mil pacientes de Granma se benefician con el Heberprot P, fármaco de factura cubana sufragado por el Estado y a disposición de los enfermos de manera gratuita, que ya se encuentra registrado en una docena de países.

Esta medicina, que utiliza como base el factor de crecimiento humano recombinante, constituye el único de su tipo para tratar esta afección y entre sus beneficios se ha constatado el aceleramiento del tiempo de cicatrización, lo cual impide complicaciones como la gangrena y la infección; favorece la granulación en más del 80 por ciento de los pacientes y mejora la calidad de vida, al reducir el número y la extensión de debridaciones quirúrgicas ó remoción del tejido necrótico, además de prevenir las recidivas.

Entre los premios que ostenta el medicamento figura la Medalla de Oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Un total de 12 investigadores del Centro Nacional de Ingeniería Genética y Biotecnología llevaron a cabo el proyecto, y entre ellos, el doctor Jorge Berlanga Acosta, oriundo de Bayamo.