Cuenta Henry de Souza Nogueras, encargado de cuidar de los bañistas, en la piscina infantil del parque Elpidio Valdés, enclavado en la parte más alta del recinto de ferias Granma, en Bayamo, que aún no sabe bien cómo pudo ingeniárselas para complacer a tantos pequeños que llegaron hasta allí el Día de los niños.

Aquella jornada, asegura, cientos de infantes hacían fila, inquietos por zambullirse en aquel recuadro revestido, que novedosamente se convertía en área de baño, y en otras dos cajuelas de fibras plásticas, construidas en los astilleros de Manzanillo, para igual propósito.

“Aunque el tique adquirido por cada uno de ellos, les permitía disfrutar de los embalses durante una hora, tuvimos que hablar con los padres para acortar el tiempo a 25 minutos, y darles a todos la oportunidad”, explicó.

Muchos de aquellos pequeños vivieron ese tipo de experiencia por primera vez, dadas razones diversas, una bien conocida, es porque no abundan piscinas en la localidad, y otra, menos ajena, es que no siempre les es posible a los padres complacer a sus hijos con un pasa día en las áreas de baño de los hoteles (Sierra Maestra y Villa Bayamo), a las cuales se accede tras pagar seis CUC  los mayores, y la mitad de ese precio los menores.

Se entiende así la acogida infantil a tal opcional. Según Henry, el salvavidas, desde la inauguración y por varios días después, de martes a jueves, atendió a alrededor de medio centenar de infantes, cifra multiplicada los sábados y domingos.

Sin dudas, visitar una piscina, grande o pequeña, es para cualquier niño un inigualable acontecimiento. De eso puede dar fe Celina Lescay, quien se ha visto obligada por sus nietas Dailenis y Lilianis a ir a la de el Elpidio Valdés  en varias ocasiones.

OTRO PARQUE DE LOS SUEÑOS

Acaso el Elpidio Valdés no pueda ser comparado con el santiaguero parque de los sueños, lo que sí ha quedado claro en esta etapa estival, es que ha hecho feliz a cientos de infantes, y también a cientos de mayores que, durante años, lamentaron cómo dormía en la inutilización y la desatención aquel espacio favorito para la recreación.

Transformarlo, como ya se ha explicado, obedece a la voluntad de las autoridades del territorio granmense de buscar soluciones con esfuerzos mancomunados, para rescatar sitios para el esparcimiento sano.

Previo al período vacacional varias entidades, como  la Empresa Mecánica Bayamo (Emba), la Industria Alimentaria, Lácteos, Transporte, la municipal de Gastronomía, la Planta 26 de Julio, Dione-artesanía, y Copextel, integraron fuerzas y recursos para la reparación y rescate de 15 equipos desactivados por largo tiempo, tal es el caso del trineo, la silla voladora, los candados, los caballitos, y una bicicleta aérea, que en los próximos meses estará acompañada por otras similares.

En total 42 equipos están dispuestos para los jóvenes y niños, con una aceptación que trasciende las fronteras de Granma.

“Hasta aquí, asegura Víctor Espinosa, uno de los operarios, llegan personas de varios municipios de la provincia, y también de otros territorios cercanos, como Santiago de Cuba y Contramaestre, e incluso de Camagüey, La Habana y residentes de otros lugares, que están de visita en Bayamo.

“Eso nos motiva a cuidar cuanto se ha hecho, a estar al tanto porque los equipos no dejen de funcionar, y buscar cuanta alternativa sea posible para mantenerlos en activo en lo adelante”, aseguró.

Ese compromiso es importante, el mantener lo logrado es una garantía o posibilidad para que otros recursos puedan invertirse en el recinto ferial, una extensión inmensa, mayoritariamente solitaria aún, en la cual pueden concebirse infinitos proyectos.

QUE LA ILUSIÓN PERDURE

A propósito de esa voluntad de preservar, una internauta, al comentar sobre el particular en La Demajagua Digital, escribió: Muy buena opción tenemos para nuestros niños, pero ¿esto solo va a funcionar para el verano o seguirá funcionando después que esta culmine?

Ese sentir es compartido por muchos granmenses, sin embargo, no a pocos les preocupan determinadas situaciones.

Una de estas es que, al menos en la etapa vacacional, no se haya mantenido permanentemente un transporte hasta el parque infantil, lo cual, según Luis Carmona Torralba, su administrador, ha limitado la afluencia de la población, y ha motivado quejas constantes.

Otro hecho es que aquellas cajas de fibras plásticas, ubicadas en el parque Granma, cual sui generis piscinas, en estos momentos ya no están siendo utilizadas, según el salvavidas para evitar  quse rompan.

Sucede que, por el tipo de material, para preservarlas debieron ser enterradas, de manera que la tierra las protegiera, y eso no se hizo, acaso por la llegada inminente de la etapa estival, y en honor a la verdad, también a que nosotros normalmente siempre andamos atrasados, amén de las buenas voluntades.

Por esa razón, las cuatro ubicadas en áreas de las Vegas del río Bayamo, aunque solo se utilizan los fines de semana “si viene un salvavidas”, según los trabajadores de la unidad, ya están partidas en sus bordes.

Pero, por suerte, aún pueden ser salvadas, y ojalá así sea, y que también se perfeccione esta opcional, como en algún momento sugirieron las máximas autoridades de la provincia, con la instalación de una duchita para que los pequeños puedan desempolvarse antes de entrar a disfrutar su zambullida.

Y ojalá, también, para el próximo verano, esta iniciativa tan aplaudida a pesar de esos últimos detalles, llegue además de Bayamo y Manzanillo (como ahora), a otras localidades y pueblos donde escasean en esa etapa y todo el año opciones recreativas.

Mas, vale agradecer   la voluntad de las autoridades granmenses para demostrar cuántas cosas pueden lograrse, no importa que sean pequeñas.